Alejandra Nuño: “Estamos ante un nuevo paradigma productivo que entiende el crecimiento sostenible como una apuesta por la diversidad y la inclusión”
01 abril 2022La socióloga experta en crecimiento empresarial ahonda en las nuevas tendencias de este mundo tras la pandemia del Covid-19 y la necesidad de poner la vida en el centro de los negocios. “Asumir un compromiso con la salud debe de ser un modelo de negocio en sí mismo adherido al ADN de la marca”, plantea.
En su trayectoria profesional, la palabra clave ha sido la constancia. “Por encima de todo, la constancia. La del saber levantarse una y otra vez”, dice Alejandra Nuño, socióloga experta en crecimiento empresarial y quien ha dado en los últimos años una serie de entrevistas a reconocidos medios europeos, incluido el diario El País de España.
“Y bajo ese prisma (de la constancia), la sociología me permitió adquirir una mente en blanco para intentar afrontar con tesón los errores y los aciertos; al fin y al cabo, es la ciencia social que descontextualiza nuestra realidad más inmediata, incluso, la biológica”, afirma a REDMAD la profesional, quien lleva toda su carrera en consultoría de crecimiento empresarial, ahora, desde la pandemia, la salud y el bienestar.
“No se puede hablar de crecimiento empresarial si no hay salud y bienestar, si no ponemos a las personas en el centro de los negocios. La vida, como epicentro de los negocios. El crecimiento empresarial está firmemente contextualizado por las tendencias socioeconómicas, los momentos históricos que vivimos. Los diálogos de valor están en constante evolución”, comenta.
A lo largo de toda su carrera siempre ha estado en el front row. Es una persona emprendedora por naturaleza: “Me gustan los grandes retos”, y considera que solo se pueden hacer si hay equipos solventes que saben liderar con profundidad los proyectos.
“La empresa tiene ahora una oportunidad excepcional”
Entre las muchas opciones que le daba la sociología optó por apoyar el crecimiento empresarial porque “las empresas, los consumidores, las marcas, las personas no son ajenas a los entornos socioeconómicos. Todo lo contrario”.
“La propia estructura organizativa es fruto de nuestra propia supervivencia. Somos personas que viven en comunidad. Por eso, la empresa tiene ahora una oportunidad excepcional: liderar la aportación de valor en materia de salud. Precisamente, porque lo público necesita de lo privado, y, porque la empresa puede ser un gran entorno de satisfacción, de realización, incluso, de cuidado para las personas”, sostiene.
En su opinión, el mayor reto hoy en el mundo laboral es lidiar con la incertidumbre: “Por eso la salud mental es tan crítica, porque incide profundamente en nuestra propia salud física y bienestar personal. Estamos ante un cambio productivo, un nuevo paradigma que poco a poco irá capitalizándose, llega con un baño de valores honestos, inclusivos e igualitarios. Mientras cala, se asienta y se formaliza, pasará tiempo, y, mientras tanto, hay que ‘mantener el tipo’”.
Igualmente, Alejandra Nuño considera que nos enfrentamos a un reto de upskilling & reskilling. “El mercado laboral está demandando nuevas habilidades, por ejemplo, las digitales, habrá reconstrucciones, reorganizaciones, fricciones, pero nos reorganizaremos. Siempre. Por eso es tan importante lidiar con la incertidumbre y apostar por nuestro mayor valor”, comenta, añadiendo que “cada persona tiene un don único, no importa cuál, pero aferrarse a él, dar lo mejor de sí mismo, todos los días. Las personas somos agentes del cambio porque somos agentes de bienestar. Hay que creer en ello como una letanía”.
En los últimos meses, la socióloga ha reivindicado la cultura del cuidado y el bienestar laboral como elementos clave en la relación entre organizaciones y sus trabajadores.
“Estamos ante un nuevo paradigma productivo que entiende el crecimiento sostenible como una apuesta por la diversidad y la inclusión. Son sistemas organizativos donde el liderazgo se consagra bajo la batuta del humanismo, compañías que otorgan confianza, trabajan por objetivos y entienden que la diferencia es rica si se quiere afrontar proyectos personalizados, compitiendo por valor, por talento y por innovación”, afirma.
“Ante este nuevo entorno competitivo y, más ahora, viendo la actual situación de Ucrania, creo firmemente que tenemos que comenzar a ser muy firmes, dejando los viejos códigos binarios en los cajones. Sociedades como las nuestras no pueden seguir debatiendo narrativas obsoletas, sino entablar diálogos por capacidades. Me parece desleal. Insisto, debemos, cada una de nosotras, como cada uno de nosotros, levantarnos y dar lo mejor de nosotros mismos con firmeza. Trabajar por hacer que este mundo sea mejor, esa es nuestra misión. El resto debe de ser objeto del pasado. Diciendo esto, ojo, soy muy consciente de la violencia que sufrimos las mujeres, la brecha salarial y las desigualdades”, puntualiza.
Luego de la pandemia, apuesta por una nueva tendencia en el crecimiento empresarial: poner la vida en el centro de los negocios: “Las empresas tienen una gran labor de colaboración en co-creación con las instituciones públicas. Son fuente de inspiración, de enaltecimiento del esfuerzo, así como auto realización. Su aportación en bienestar es interna y externa. Asumir su compromiso con la salud debe de ser un modelo de negocio en sí mismo adherido al ADN de la marca”.
“Definitivamente, dejaría de trabajar con determinaciones binarias, buscaría la autenticidad de cada persona. Lucharía por trabajar con capacidades. Como también, en coherencia, conciliación, trabajando en entornos saludables, que por ejemplo, nos permitan pensar”, agrega.
“El liderazgo femenino es más honesto”
En más de un congreso, Alejandra Nuño ha planteado que “el liderazgo femenino es más honesto”. Al respecto, dice que no le cabe “la menor duda” de que los contextos sociales determinan la biología. “Como tampoco cabe duda de los grandes avances que hemos acelerado en los dos últimos años, así que mis propios titulares, pueden ir evolucionando. Lo que no ha cambiado es la lealtad que hay entre las mujeres. Yo siempre he generado muchísimo negocio con mujeres, siempre. Tenemos un carácter de empatía, de colaborar, de ayudar, de humildad, de bajarse al barro. A mí eso me parece muy honesto”, comenta.
A las mujeres que buscan crecer en sus empresas o en los lugares donde trabajan, les dice que “luchen por ser ellas mismas, que den lo mejor de ellas, que tengan autoconfianza, que no es fácil, pero que lo hablen, que busquen ayuda. Y que tengan el orgullo, la naturalidad y la franqueza de ser humanas. No hay profesionales, hay personas profesionales”, concluye.
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