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La presencia femenina alcanzó un histórico 18,8% en directorios IPSA

31 mayo 2022

Abril fue un mes de importantes nombramientos en los directorios de las empresas chilenas. La presencia femenina alcanzó un histórico 18,8%, duplicando la cifra de tres años atrás. Esto también se reflejó en la Corporación, en donde 15 socias asumieron puestos de liderazgo en los últimos dos meses. El consejero REDMAD Daniel Sierra y dos académicas de la Universidad Católica, explican la magnitud de este avance.

Las juntas de accionistas de abril terminaron con el ingreso de 47 mujeres en las mesas directivas de las empresas IPSA, representando un avance de un 14% a un 18,8% en comparación al mismo mes del año pasado. Si se miden los últimos tres años, esta cifra muestra que las mujeres duplicaron su participación.

Esto se vivió también en la Corporación, en donde 15 socias asumieron cargos de liderazgo en los últimos meses. Las últimas dos fueron nombradas esta semana: Magdalena Balcells, como presidenta de la Empresa Portuaria Puerto Iquique, y Gloria Maldonado, como presidenta del directorio de ENAP.

Pero, ¿qué significa este histórico aumento en los nombramientos de directorios? ¿Son cifras son positivas o siguen estando lejos de la realidad de otros países?

Análisis cualitativo

Pilar Bontá, jefa de la Dirección de Equidad de Género de la UC, dice que estas cifras son buenas. “Sabemos que los cambios en materia de equidad de género son lentos porque obedecen a construcciones históricas y socioculturales que venimos reproduciendo a lo largo de los años, por tanto, cualquier punto que se sume en las brechas es una buena noticia. Nos encantaría ir más rápido, pero el que aumente la participación femenina en lugares de toma de decisión y ejercicio de poder, es positivo”.

Pilar explica que en los últimos años la agenda de género e igualdad de oportunidades se ha ido instalando, a nivel país e internacionalmente, como un desafío importante. Por ello, son varias las instituciones, tanto públicas como privadas, que están observando este tema. En los últimos años, ha habido lineamientos de los distintos gobiernos al respecto. El problema es que, aunque se fomente mayor equidad o participación en términos cuantitativos, es necesario tener también una perspectiva más cualitativa para que los cambios sean sustentables con el tiempo. “Es importante tener una mirada desde la crítica constructiva de cómo están, cuáles son las condiciones de las mujeres y hombres en esos cargos. Hay un tema con la corresponsabilidad, donde los roles estereotipados implican que las mujeres asuman más responsabilidad, pero mantengan su rol como “principales cuidadoras”.

Lo otro relevante es la discusión de las políticas afirmativas que establezcan ciertos espacios para la participación de mujeres en diferentes planos, dice Pilar. “Las medidas de acciones afirmativas, como la paridad en el ámbito político o, para este caso, la política de cuotas, son tremendamente relevantes para este momento y para nivelar la cancha, haciéndonos cargo de las desventajas estructurales que se han venido reproduciendo en el tiempo. Me encantaría que, más temprano que tarde, no fueran necesarias, pero hoy sí es importante considerar acciones afirmativas para fomentar mayor igualdad”.

Pilar Bontá, jefa de la Dirección de Equidad de Género de la UC.

Traspaso de poder

Daniel Sierra, consejero de REDMAD y consultor organizacional, coincide en que este progresivo avance es una buena noticia, pero también en que el ritmo es muy lento. “Considero que aún sigue siendo insuficiente porque el mayor aporte es de las empresas del Estado y falta que en el sector privado exista un mayor compromiso y dinamismo en la integración de mujeres en la toma de decisión”, afirma.

Un reportaje publicado por El Mercurio el 29 de mayo muestra que la presencia de mujeres en los directorios del Sistema de Empresas (SEP) alcanzó el 51% tras los últimos nombramientos del mes de abril, y de ellas, un 37% ejercerá la presidencia. Un 48%, además, son profesionales de regiones.

Daniel Sierra advierte que no es un tema fácil, dado que la modificación de las culturas en las sociedades cuesta bastante. En los últimos siete u ocho años se ha avanzado, pero no lo suficiente como para pensar que en un plazo razonable debería haber una mayor equidad.

“Creo que sigue existiendo, sobre todo a nivel empresarial, un gran machismo que no posibilita el desarrollo del talento femenino como aporte a las organizaciones”, indica Daniel. “Hay que seguir trabajando fuertemente para ir modificando estos niveles culturales que aún persisten en la sociedad. Probablemente, deberíamos el próximo quinquenio avanzar un poco más rápido de lo que hemos venido avanzando, precisamente por los cambios que la sociedad está teniendo”, informa.

Considera que, en algún minuto, habrá que fijar algún tipo de cuotas para agilizar la integración. “No va a surgir de una espontaneidad el poder avanzar, porque Chile es un país extremadamente politizado, sobre todo en estos niveles. Aquí, en la práctica, es el renunciamiento a una parte del poder de la organización y el traspaso al género femenino. Eso es lo que cuesta romper, esa inercia al nivel del mundo empresarial. Si no trabajamos y no influimos en esos sectores que toman las decisiones, estas no van a llegar”.

Daniel Sierra, Consejero REDMAD

Efecto role model

Josefa Aguirre, académica de la Escuela de Gobierno UC, dice que cualquier aumento siempre es señal positiva. No obstante, cree que el desafío sigue siendo enorme. “Las mujeres somos la mitad de la población, y un 18,8% sigue siendo bajo. Nos sitúa mucho más cerca de los países desarrollados, pero ahí también hay una subrepresentación de mujeres en altos cargos”.

Cada vez están más documentadas las dificultades que suponen la falta de mujeres en cargos de liderazgo. Además de tener industrias, empresas o altos cargos muy masculinizados, dificulta el progreso de otras mujeres, por ejemplo, a la hora de establecer redes o negociar un salario, dice Josefa. Por otro lado, algo positivo de este aumento, es que se genera un efecto de role model, donde ver a más mujeres liderando se convierte en un mensaje para otras mujeres de que se puede lograr. Esto permite, además, derribar estereotipos que suponen que las mujeres no pueden ejercer cargos de liderazgo.

“A medida que son más mujeres en puestos de liderazgo, se empieza a generar un efecto bola de nieve donde más mujeres se atreven a llegar ahí, eliminando ciertos prejuicios y cambiando las reglas del juego. Es súper positivo”, indica Josefa. “Idealmente, una quisiera romper ciertas barreras y que el día de mañana no sea necesario tener cuotas, pero, dado el contexto actual, las cuotas cumplen un rol importante”. Josefa cree que esto va a seguir avanzando, pero como Chile sigue siendo un país muy conservador, es difícil cambiar los prejuicios hacia una cultura de corresponsabilidad. “Mientras no logremos avanzar ahí es casi imposible pedirles a las mujeres que lo hagan todo: estén en el directorio y, al mismo tiempo, se hagan cargo de las labores domésticas y de cuidado. Tenemos que, de a poco, revertir estos estereotipos que están integrados en nuestras familias, relaciones y educación”.

Josefa Aguirre, académica de la Escuela de Gobierno UC.

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