Claudia Arratia: “Conectada conmigo me siento más poderosa, porque puedo impactar y aportar muchísimo más”

09 junio 2022

Es socióloga, consultora Senior y coach certificada, con más de 20 años de experiencia laboral. Desde hace tres años trabaja de forma independiente acompañando a empresas y organizaciones, siempre enfocada en el desarrollo humano.

Claudia Arratia es socióloga de la Universidad Católica y cuenta con más de 20 años de experiencia como consultora Senior y coach certificada. Su carrera profesional la ha desarrollado en dos ámbitos, el primero, acompañando a personas y organizaciones en el despliegue de su potencial. “El punto es cómo posibilitamos la integración de la productividad con el bienestar”, cuenta Claudia, “eso implica cómo las personas despliegan su talento en las organizaciones, cómo se sienten parte y van aportando desde su propio estilo, con sentido y propósito, en el desafío de la organización”.

El segundo ámbito tiene que ver con la misma línea, pero dentro de una empresa. “Cuando llevaba diez años como consultora entré a Codelco para conocer de cerca el cambio en las organizaciones, primero en el corporativo y luego en divisiones. Trabajé nueve años ahí, en la gestión de sistemas de recursos humanos. Estuve liderando el área de desarrollo, reclutamiento, gestión de talento y formación, en la División Andina. Fui conociendo la complejidad de gestionar procesos de transformación desde dentro de una empresa: las resistencias, la gestión de poder y cómo es fundamental el propósito para inspirar a que cada persona aporte desde su rol y valor, generando colaboración en espacios que muchas veces son competitivos. Además, trabajar en Codelco ha sido un orgullo, estás aportando al desarrollo del país”.

Hace tres años, por su propio proceso de desarrollo y ciclo de vida, Claudia dio un giro y renunció. “Sentía que el aporte a la comunidad y la sociedad tenía que ser más amplio que en solo en una organización y que podía ser mucho mas efectiva en esto también en otros ambientes”, dice. Actualmente está trabajando independiente. Es consultora Senior en distintas organizaciones y trabaja la mayoría del tiempo en el Centro de Ingeniería Organizacional en la Universidad de Chile.

Además, está dedicada a otras cosas que le gustan y que han sido parte de su propio crecimiento: “Empecé a desplegar mis talentos. Por un lado, conectándome con personas en su desarrollo, viendo cómo pueden extender su potencial, con sus propios recursos y de manera sustentable. Por otro lado, con mis propias habilidades. Siempre he tenido una veta artística y hoy me doy el tiempo para expresarla. Estoy haciendo escultura, pintando y trabajando semanalmente en proyectos artísticos. Son regalos para el alma. Cada escultura tiene un proceso espiritual y sanador muy importante para mí”.

Formación como terapeuta

Esto de ayudar a otros a conectarse con su propio potencial y conocerse a sí mismos, tiene que ver con una búsqueda personal que Claudia tiene desde pequeña. “Actualmente estoy formándome como terapeuta de análisis bioenergético, relacionado con cómo incorporamos nuestro cuerpo en los procesos de aprendizaje. Se cree que el responsable es el cerebro, pero en realidad es el cuerpo el que nos permite desarrollarnos y vibrar con la vida”, explica. Está en su cuarto año de formación, ya es facilitadora en grupos y partiendo con atención a personas.

Está en REDMAD desde 2019, donde coordina las mesas temáticas y es facilitadora de círculos. “Estar en la red significa para mí aportar al desarrollo de las mujeres, que desde hace años realizo desde mi proceso interno de conectarme con mi ser mujer; creo valioso potenciar comunidades de mujeres que puedan acompañarse en sus desafíos y conectarse con sus propios recursos”. “Mi poder de influencia hoy es muchísimo mayor que el que tenía antes solamente en una organización, puedo aportar desde distintas miradas”, expresa.

Y reflexiona: “Hoy siento que soy poderosa sin ningún cargo, conectada conmigo me siento más poderosa, porque puedo impactar y aportar muchísimo más. Es una convicción de adentro. Más allá de mi curriculum y lo que he logrado, soy persona. Estoy tratando de dejar lejos el ego: he hecho y logrado muchas cosas en mi vida y sigo haciéndolo, pero siento que aporto y agrego valor porque estoy presente y por lo que soy, no por lo que tengo o lo que hago».

«El desafío para las mujeres es que necesitamos reconocer que somos nosotras las que tenemos el poder junto con ser vulnerables, que tenemos esta polaridad entre la fuerza, la luz y la sombra como todo ser humano. Eso es lo que nos hace únicas», dice.

Está convencida de que no hay que buscar el reconocimiento afuera, sino que internamente. “Si andamos buscando que el mundo nos reconozca, en el fondo, es que nosotras mismas no nos reconocemos”, afirma, “eso no nos permite conectarnos con lo que realmente somos y vinimos a dar. Los hombres y mujeres que vemos brillar lo hacen porque encontraron su propia luz”.

Claudia tiene una hija de 21 años y un hijo de 15, que le han significado múltiples aprendizajes. “Ha sido potente y siempre desafiante, estoy orgullosa de ser madre de ellos y admirada de lo que son”. En cuanto a qué la inspira, confirma que, sin duda, ha sido la búsqueda de su propósito, cultivarlo, tener un espacio para que el alma respire y encontrarse con el propio sentido de la vida. “El desarrollo humano individual y colectivo es la inspiración, hacia dónde vamos y cómo podemos transformarnos en ese proceso”, afirma.

A la hora de desconectarse, además de hacer esculturas, recurre a la conexión con la naturaleza, ya sea en el sur o en la playa. También ha sido fundamental para ella el trabajo con el cuerpo a través del análisis bioenergético. “Ha sido súper importante en esta misma lógica de no andar buscando afuera lo que está adentro. Tengo mi lugar seguro, mayor conexión conmigo misma y con lo que vine a hacer, desde ahí me despliego”.