Claudia Gómez: “Para mí siempre ha sido relevante estar en lugares con un sentido social grande”
10 enero 2023Es Ingeniera Comercial de la Universidad de Chile y desde hace 11 años es Directora de Comunicaciones Corporativas del Hogar de Cristo.
Claudia Gómez Díaz estudió Ingeniería Comercial, mención en administración, en la Universidad de Chile. Empezó trabajando en CCU, en la gerencia de recursos humanos, y tras dos años y medio se fue a Compañía Chilena de Comunicaciones, o Radio Cooperativa, para formar el área de recursos humanos. “Cuando llegué estaba Radio Rock & Pop, Revista Rock & Pop y Radio Cooperativa. Luego, en el año 1995, lanzamos el Canal Rock & Pop, y al año siguiente se lanzó la Radio Corazón”, recuerda.
La compañía creció y llegó a 600 personas. Claudia se convirtió en subgerente de recursos humanos. En el año ‘98 se vendieron la Radio y la Revista Rock & Pop a un grupo extranjero y le ofrecieron quedarse en la radio Cooperativa o irse en la venta. “Para mí siempre ha sido relevante estar en lugares con un sentido social grande. Trabajar en Radio Cooperativa era trabajar por la democracia y la libertad de expresión, así que me quedé. Me nombraron Gerente de Administración y Finanzas a los 27 años y en 2004 me convertí en Gerente General de la radio”, dice.
Llegada al Hogar de Cristo
Entre sus múltiples actividades en la radio, donde estuvo 16 años, estaba la relación con el Hogar de Cristo, que era media partner. En un momento surgió la posibilidad de ser la Directora de Comunicaciones del Hogar y ella quiso tomarla. “Hace 11 años estoy en el Hogar de Cristo. El cargo se ha ido trasformando en el tiempo. Cuando llegué era más de comunicaciones corporativas y relacionamiento con los grupos de interés y gestión de prensa. Hoy estoy a cargo del posicionamiento de la marca. Esta transformación ha sido muy nutritiva e importante para mí. Estoy feliz, trabajando en la construcción de un país más digno y justo”.
Trabajar en el Hogar de Cristo es una experiencia desafiante, afirma Claudia. “Estoy ahí porque creo que es posible tener una sociedad más justa y digna para todos, creo que es posible la transformación social. Todos los que trabajamos en el Hogar lo vivimos así cotidianamente, aunque a ratos se hace muy difícil, el trabajo con las personas que participan de los programas sociales te llena de energía. Es muy desafiante, pero muy gratificante también, sentir que te gastas la vida en algo que vale la pena y hace la diferencia”.
Continúa: “Para mí también ha sido un aprendizaje, la superación de la pobreza no es como uno piensa. No es un concepto abstracto, son acciones cotidianas, que cada persona debe superar, como por ejemplo las barreras para encontrar trabajo, para seguir estudiando, para tener una vivienda digna, etc., es a diario, es con tropiezos y duele profundamente. Pero cuando se logra es tan importante y valioso que vale la pena. El Hogar acompaña mil veces y esa es nuestra pega: estar con las personas para que se empoderen, puedan creer en ellas mismas y salir de la pobreza y, además, transformar la mirada de la gente. Hay historias de traumas tan dolorosas que es muy difícil que se reparen en dos o tres años, por eso es bonito lo que hacemos en jardines infantiles y escuelas, para que niños tengan experiencias positivas que le ayuden para el resto de su vida. Es de mucho aprendizaje”.
Socia nueva en REDMAD
Desde el 2010 está interesada en los directorios, por lo que hizo una especialización del Board of Women. Una de sus hermanas fue la primera en comentarle sobre REDMAD en 2017. Posteriormente, otra socia que es coach del comité ejecutivo del Hogar de Cristo le volvió a mencionar la red. “Le dije que me interesaba un cargo que se llama Gestor de Casos. Este es muy operativo, trabaja con personas en situación de pobreza y busca irlas conectando con distintas redes para superar la exclusión social. También le dije que quería trabajar en directorios y me recomendó REDMAD. Fue como una señal, ingresé a mediados de este año”.
Claudia ha participado en su círculo y en algunas charlas “de muy buen nivel” y muy variadas. “Estoy comprendiendo recién, a mis 53 años, que efectivamente hay una discriminación de género en la que fui criada, esas eran las condiciones con las que teníamos que jugar. Tengo dos hijas, Tamara, de 27 años, sonidista que está estudiando producción musical, y Mariana, enfermera de 25 años, y a través de ellas y también del mismo Hogar de Cristo he ido descubriendo que hay muchas discriminaciones que hemos sufrido”.
Considera que “hay que aprovechar este despertar de consciencia, de manera amable, para ir planteando que no necesitamos que nos hagan favores ni que nos exijan diez veces más. Hay que aprovechar el tiempo y el momento. No tiene por qué ser siempre tan difícil, podemos ir usando el espacio, hacernos presentes e ir educando. Hay que decir que nos hemos sentido postergadas y apoyarnos”.
Ella cree que hay que apoyarse entre mujeres. “Estamos tan acostumbradas a rivalizar, no sé si será porque el sistema nos ha llevado a eso, al haber pocas mujeres en la alta dirección. La invitación es a afirmarnos entre nosotras. REDMAD es ese apoyo con corrección fraterna, lo que significa ir afirmándonos y haciéndonos las correcciones con cariño, para ir mejorando. Eso es tan femenino que hay que instalarlo. Así la sociedad sería mucho más “amable”, acogedoras con todos y todas, y lo pasaríamos mejor”.
Claudia vive con su hija menor y su mamá. “Lo que más me gusta es estar con mis dos medias hermanas y conversar, también salir con mis amigas”, dice. Practica pilates, le gusta mucho leer y ver series. “Ha sido un descubrimiento para mí REDMAD, me dijeron que cuando una participa en los espacios es muy nutritivo, y tienen toda la razón. Intuyo que hay mucho más, porque llevo solo tres meses, pero me llena de entusiasmo”.
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