Claudia Krauss: “Muchas veces las mujeres no nos creemos el cuento y eso hace que dejemos pasar oportunidades”

03 julio 2023

Ingeniera comercial y MBA, desarrolló gran parte de su trayectoria laboral en áreas comerciales y financieras. En una búsqueda constante por conocer nuevas experiencias, también administró un café y obtuvo su licencia de piloto de aviones en el Club Aéreo de Santiago, donde compartió con Margot Duhalde.

Si bien la trayectoria laboral de Claudia Krauss, ingeniera comercial de la Universidad de Concepción y MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez, se ha centrado principalmente en áreas comerciales en la industria financiera, esta no ha estado exenta de cambios y desafíos. Es madre soltera, quedó embarazada terminando cuarto medio. Como lo único que quería era estudiar y sacar una carrera y, por otro lado, su padre no la obligó a casarse y le dijo que lo único que podía darle era la educación, se fue a la universidad embarazada.

Tuvo a su hijo en la mitad del primer año y sin congelar la carrera, gracias al apoyo de su abuela paterna. Después del primer año dejó a su hijo con su madre en Puerto Montt. Una vez egresada de la universidad se trasladó a Santiago a buscar trabajo, porque como había sido madre a los 17, cuenta: “Lo único que quería era trabajar para traer a mi hijo a vivir conmigo”. Es así como a los dos meses de llegada a Santiago entró a trabajar a una empresa que vendía productos IBM y conoció “el maravilloso mundo de las ventas”.

Posteriormente, se convirtió en ejecutiva de área de Leasing del entonces Banco de Santiago –actual Banco Santander. Al año ascendió a un cargo de jefatura y después subgerente comercial de la misma área, donde en total estuvo 15 años. Con la intención de llegar a ser gerente, desde el banco le ofrecieron la oportunidad de desempeñarse como gerente de ventas, manejando un equipo de 600 personas. Estuvo en este cargo por dos años, para luego trasladarse a CorpBanca, Banco de Chile y posteriormente al Banco Internacional.

En 2017, Claudia decidió que quería ver otras alternativas. “Me junté con unos clientes que querían traer una marca de chocolates desde Ecuador, proyecto que, estando en su etapa de cierre, se cayó. Pero ellos mismos tenían un hotel en el centro de Santiago y necesitaban cambiar a la concesionaria de la cafetería”, recuerda. Así, desde 2018 y hasta el estallido social, fue socia de Coffee D´Door. “Me las di de emprendedora y armé mi cafetería, una etapa en la que aprendí mucho y lo pasé súper bien”.

Posteriormente, entró a trabajar en MDA Inmobiliaria, lugar donde se desempeñó como Gerente de Administración y Finanzas del grupo. En septiembre de 2021 renunció para comenzar a trabajar de forma independiente.

Actualmente, realiza una variedad de asesorías relacionadas con la intermediación financiera, búsqueda de inversionistas, negociación inmobiliaria y también es business partner de una consultora de recursos humanos. “Hoy estoy haciendo cosas que me gustan y, por otro lado, disfrutando de otras cosas que enriquecen mi vida personal y complementan mi vida profesional”, cuenta.

El RV9

Claudia ingresó a REDMAD en 2018, donde participó en los círculos. En este espacio, dice, se dio cuenta de que “las socias REDMAD tienen una gran generosidad y son un apoyo tremendo”. Durante la pandemia abandonó la red, para luego volver a incorporarse en 2022: “Decidí ingresar nuevamente, pero con el objetivo de aportar, y hoy soy parte del equipo de admisión de socias y sigo participando de un círculo. Conocer historias y experiencia de otras socias te enriquece mucho de manera profesional y personal”, comenta.

Respecto a su propia experiencia, Claudia comenta qué le ha dado fruto en su vida. “Muchas veces nos pasa a las mujeres que no nos creemos el cuento y eso hace que dejemos pasar oportunidades. Yo creo que la clave es tener los ojos y oídos bien abiertos y atreverse a participar. También estar atentas a lo que se nos presenta en nuestro día a día, ver qué nos puede aportar, y tomarlo. Somos mujeres power y, en ese sentido, yo siempre he dicho: a mí, esto no me lo va a ganar”.

Con este mismo discurso, Claudia entró al Club Aéreo de Santiago para convertirse en piloto. “Un amigo que era piloto me insistió para hacer el curso y me metí. Dije: ‘Total, cómo no me la voy a poder’”. Partió con sus lecciones y en 2009 obtuvo su licencia de piloto privado.

“Hoy ya no vuelo, pero estuve ocho o nueve años volando y disfrutando. Mi avión favorito era el RV9. También fui presidenta de la Agrupación de Mujeres Pilotos de Chile, donde tuve el honor de conocer a Margot Duhalde, la primera mujer piloto de guerra en Chile y una de las pioneras de la aviación hispanoamericana, y a las ‘abuelas voladoras’, dos mujeres que cruzaron el atlántico solas en un avión monomotor. Realmente es impresionante escucharlas hablar sobre cómo partieron volando en condiciones totalmente distintas a las de ahora, con aviones mucho más inestables y con menor tecnología”, relata.

Claudia con Margot Duhalde (al medio), el día que recibió su licencia de piloto.

Recuerda como anécdota cuando se postuló para ser parte del directorio del Club Aéreo de Santiago (CAS), en 2016, un mundo tremendamente masculino que solo ha tenido a una mujer directora en toda su historia. Su postulación desató una ola de participación nunca antes vista, que terminó dejándola en cuarto lugar, muy cerca de quienes salieron electos. Siempre digo que no era el momento. Las mujeres piloto son pocas, pero de una valentía y coraje impresionantes, y estoy orgullosa de haber sido parte de ese mundo”, reflexiona.

Actualmente, Claudia ocupa su tiempo libre en distintas actividades. “Voy a clases de salsa dos veces a la semana y hago trekking o salgo a andar en bicicleta los fines de semana. Además, me encanta juntarme con mis amigas a alimentar el alma, cosas para las que antes no tenía tiempo porque solo trabajaba”, afirma. Cuenta que su hijo, también ingeniero comercial y economista de la UC, es su orgullo: “Como lo tuve tan joven, hoy tenemos poca diferencia de edad y somos muy cercanos, hacemos muchas cosas juntos”.