Por Eugenia Hernández, Mentoring Senior para jóvenes ejecutivos y socia Red MAD
Agrandar la cancha para las nuevas generaciones
16 enero 2019Dicen que estamos viviendo la mejor época para las mujeres en la historia de la humanidad. Sin embargo, aún debemos conquistar espacios de participación para las profesionales que nos suceden, asumiendo un compromiso con su desarrollo laboral.
Queremos pensar que el mundo avanza y que estamos ad portas de los tiempos mejores para las mujeres, en su rol como profesionales. Ilusionan los estudios que afirman que, para las generaciones más jóvenes, esta época representa la mejor para ellas en la historia de la humanidad. Entre los motivos para pensar esto se encuentran las mayores alternativas de formación, las nuevas oportunidades de trabajo, la posibilidad de elegir el camino de la maternidad, de estudiar y vivir en cualquier parte del mundo. Se trata de situaciones que escuchamos diariamente, y que para las generaciones anteriores ni siquiera eran una opción.
Si tanto hemos avanzado, ¿por qué las mujeres seguimos viviendo desigualdades laborales? Los datos de empleabilidad y equidad de género, en puestos de responsabilidad, retención y desarrollo de talento femenino, así como la presencia de mujeres en directorios, no se condicen con el avance de la mujer en otros ámbitos sociales. En Chile, las brechas son incluso más grandes que en el resto del mundo, y como sociedad, aún debemos demostrar con cambios significativos que esto no se trata solamente de buenas intenciones.
El avance ha sido positivo para las últimas generaciones, sin embargo aún es demasiado lento. A este paso resulta fundamental que asumamos un compromiso con las jóvenes que nos suceden, y que nos presionan para trabajar con más ímpetu en pos de la igualdad. Para empezar, propongo que pongamos énfasis en aspectos en los que sí podemos influir, ya sea en nuestros propios trabajos o en aquellos ámbitos donde nos toca impactar la realidad.
Primero, identificando a jóvenes profesionales que estén dispuestas a tomar desafíos en su carrera y apoyándolas en su crecimiento laboral. En segundo lugar, propiciando y facilitando mentorías con ejecutivos senior de diversas organizaciones para nutrir su desarrollo. En tercer lugar, otorgando visibilidad al trabajo femenino fomentando una cultura inclusiva al interior de las instituciones. Por último, avanzando hacia liderazgos constructivos, capaces de generar los ambientes propicios para el desarrollo de talentos.
Hasta ahora, nosotras hemos podido jugar, pero en una cancha pequeña. Hemos ido asumiendo roles en todo tipo de trabajos, rubros e industrias, en posiciones de responsabilidad y de crecimiento profesional. Llegó la hora de agrandar esta cancha para que las mujeres que nos siguen puedan vivir a plenitud sus talentos, para que las promociones y ascensos sean justos y para que la flexibilidad laboral sea una alternativa que se adecúe a sus opciones familiares. Para que sean libres, también, de las micro agresiones, que muchas de nosotras hemos sufrido. Dejemos a nuestras jóvenes los beneficios de la complementariedad, dándoles la oportunidad de aportar con sus ideas libremente, y con ello, aportando a construir una mejor sociedad para todos y todas.
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