El mundo después de la pandemia: ¿Estamos ante un cambio de paradigma?
30 abril 2020A partir del Coronavirus, diversos pensadores han planteado que estamos ante un punto de quiebre en las formas en que nos organizamos como sociedad. Conversamos con expertos del área de la investigación social, la psicología y las ONG, para explorar cómo cambiarán las personas y las organizaciones como consecuencia de esta pandemia.
Mucho se ha escrito y comentado respecto al Coronavirus. A pesar de que las visiones respecto al impacto de esta pandemia son diversas, la mayoría parece coincidir en que estamos frente a un momento que cambiará el curso de la humanidad. El filósofo esloveno Slavoj Žižek definió este virus como un golpe letal al sistema capitalista. En respuesta a esta afirmación, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han fue enfático al señalar que “la revolución viral no llegará a producirse”, sin embargo, considera que este es un momento para repensar y “salvarnos a nosotros, para salvar el clima”, concluyó en su columna “La emergencia viral y el mundo de mañana”, publicada en el diario El País de España.
Para Naomi Klein, periodista y autora de los libros No Logo y La doctrina del shock, el COVID-19 dejó en evidencia que estamos mucho más interconectados unos con otros que lo que creíamos. “Si no nos cuidamos los unos a los otros, ninguno de nosotros estará seguro. Estamos atrapados”, afirmó en entrevista con el medio Vice. Una idea con la que coincide el historiador Yuval Noah Harari, autor de los libros Sapiens y Homo Deus, quien en una columna para el diario El País fue tajante al afirmar que “el antídoto contra la epidemia no es la segregación, sino la cooperación”.
En el caso de Chile, el Coronavirus llegó en un marzo en el que se esperaba un rebrote del escenario de protestas que caracterizó el estallido social a fines de 2019 y ad portas de un plebiscito constituyente que debió ser aplazado para el 25 de octubre por la pandemia.
Andrés Varas, director de Criteria Research, presidente de la Asociación de Investigadores de Mercado de Chile (AIM) y consejero de REDMAD, describe el escenario previo al COVID-19 como un momento en el que la ciudadanía “veía con esperanza un proceso de reivindicación de necesidades no resueltas, que no solo tenían que ver con los últimos 30 años, sino que con su vivencia actual”, dice.
Para el experto, la llegada del Coronavirus a Chile produjo un efecto multiplicador de una percepción de inequidad “notoriamente extendida, incluso en grupos acomodados”. De acuerdo a Varas, los posibles efectos económicos de la crisis despiertan un sentimiento de incertidumbre transversal y agudizan el clamor por una agenda social que equilibre la desigualdad. “Este es un fenómeno que no solo amenaza la vida sino que la condiciona. Hoy la ciudadanía se ve enfrentada a dos temores fundamentales: el temor a la muerte y el temor a la miseria”.
“Esta crisis es un fenómeno que no solo amenaza la vida sino que la condiciona», Andrés Varas, director de Criteria Research, presidente de la Asociación de Investigadores de Mercado de Chile (AIM) y consejero de REDMAD.
Restaurar el tejido social
Gastón L’Huillier es director ejecutivo de Proyecto País, una iniciativa del Colegio de Ingenieros de Chile que busca integrar la visión de diversos sectores en el diseño de una estrategia de desarrollo para el país. De acuerdo a L’Huillier, en las últimas décadas Chile venía enfrentando una crisis de desconfianza y de representatividad caracterizada por una vida individualista y un deterioro del valor de la comunidad. Sin embargo, desde hace unos años se ha ido avanzando hacia una economía colaborativa principalmente desde los barrios y territorios.
En base a estos principios, el libro Proyecto País 2025 y 2040, lanzado recientemente por la organización, propone “fortalecer comunidades territoriales fraternas y resilientes ofreciendo redes de apoyo para las personas y avanzar hacia una democracia directa”. Una mirada que a juicio de Gastón L’Huillier, se profundizará luego de esta crisis sanitaria.
En esta misma línea, Ana María Arón, directora del Diplomado de Intervención en Crisis del Centro de Buen Trato de la Universidad Católica, destaca que este tiempo de reflexión “nos ha hecho más sensibles”. La psicóloga explica que los humanos “somos animales gregarios”, sin embargo, “en los últimos años de modernidad hemos aprendido a vivir aislados, se nos ha olvidado el sentido de comunidad entre vecinos. Hoy estamos empezando a crear un vínculo que se había perdido y eso es emocionante”, afirma.
«En las últimas décadas Chile venía enfrentando una crisis de desconfianza y de representatividad. Sin embargo, desde hace unos años se ha ido avanzando hacia una economía colaborativa «, Gastón L’Huillier es director ejecutivo de Proyecto País, una iniciativa del Colegio de Ingenieros de Chile.
Una oportunidad para un compromiso medioambiental y social
Uno de los impactos positivos que ha tenido el Coronavirus ha sido en términos medioambientales. El Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en Estados Unidos, reveló que las medidas de aislamiento significaron una caída de al menos un 25% en las emisiones de dióxido de carbono generadas por China, lo que equivale a una reducción en las emisiones de un 6% a nivel global.
A juicio de Margarita Ducci, directora Ejecutiva de la Red Pacto Global Chile de Naciones Unidas, el Coronavirus “muestra el rompimiento del equilibrio entre la naturaleza y la humanidad”. Para la arquitecta, el impacto positivo que han tenido las cuarentenas en el medio ambiente son “una consecuencia que nos hace pensar sobre las acciones del ser humano, que nos han llevado a este desequilibrio y buscar formas de corregirlo”, afirma.
«En materia medioambiental, desde el año pasado, Pacto Global ha impulsado una campaña mundial para que las empresas reduzcan sus emisiones y colaboren para que el 2050 la temperatura del planeta no aumente en más de 1,5 ºC. En este sentido, la decisión política es fundamental, porque es lo que alinea las decisiones de las empresas. Una empresa puede tomar muchas decisiones propias y puede reducir sus emisiones de forma independiente, pero eso debe estar enmarcado en una línea de definición política, que deben tomar los países», puntualiza Ducci.
A nivel nacional, Gastón L’Huillier cree que Chile se ha centrado en una cultura extractiva depredadora del medio ambiente y sin creación de valor. Para el director ejecutivo de Proyecto País, el COVID-19 ofrece una oportunidad para enfrentar la crisis económica potenciando las energías sustentables. “En el norte contamos con la fuente de energía más barata del planeta que tiene un potencial de exportación. Además, podemos utilizarla para desalinizar agua y desarrollar cultivos agrícolas y acuícolas que contribuyan al medioambiente y generen empleos”, propone.
Para Ana María Arón, este momento es además una oportunidad para que las empresas demuestren su compromiso a través de gestos que apunten hacia el bienestar de la sociedad y de sus trabajadores. “Las empresas deben ser sensibles y mostrar empatía con lo que está pasando. Deben atender las necesidades de la comunidad y no las del mercado”.
«Una empresa puede tomar muchas decisiones propias y puede reducir sus emisiones de forma independiente, pero eso debe estar enmarcado en una línea de definición política», Margarita Ducci, directora Ejecutiva de la Red Pacto Global Chile de Naciones Unidas.
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