María Paz Henríquez: La mujer que abre camino en las mesas directivas de las empresas familiares

29 julio 2020

Recientemente nombrada en el directorio de Familias Empresarias de Chile, ha desarrollado una carrera en este ámbito. Como socia REDMAD, busca tejer lazos para que cada vez más mujeres asuman puestos de alta dirección en este tipo de sociedades, destacando el aporte que pueden realizar los liderazgos femeninos en el sector. “Las empresas familiares saben que necesitan esta ayuda”, afirma.

Con más de 20 años de experiencia en la dirección de sociedades familiares en el rubro de la energía y la salud, María Paz Henríquez conoce de primera mano los desafíos que enfrentan las empresas medianas en el país. Hoy, como parte del directorio de Familias Empresarias de Chile (FEC) –puesto que asumió en junio de este año–, busca acompañar y aconsejar a otras compañías en el desarrollo de sus negocios.

«Soy la única mujer en ese directorio y mi propuesta es trabajar codo a codo con REDMAD para ayudar a familias empresarias de este país con la experiencia de mujeres expertas en diferentes temas», dice.

«Hay que separar la empresa de las relaciones personales»

De profesión ingeniera comercial, con solo 32 años, María Paz Henríquez se incorporó al grupo Emel como directora de la compañía de distribución eléctrica de Arica, Emelari. “Fue una experiencia bastante fuerte. Mi papá era uno de los socios de esta empresa y yo estaba sentada ahí porque tenía un puesto que me correspondía por ser una de las dueñas. Estaba sentada al lado de ex ministros en un tema bastante rudo”, relata.

Luego de vender su participación en Emel, la familia ingresó al ámbito de la salud en las provincias de Melipilla y Talagante a través de Clínica Maitenes. Un proyecto que no ha estado exento de complejidades, afectando la convivencia de los cuatro hermanos. “Nuestras relaciones se quebraron en algún minuto», afirma.

En base a esta experiencia es que recomienda a las empresas familiares implementar instancias exclusivas para discutir los aspectos del negocio. “Hay que establecer un espacio paralelo a la reunión familiar. Nosotros creamos un consejo donde están los socios de la familia. Aquí podemos discutir, sin involucrar nuestras relaciones personales y trabajar en los planes estratégicos, porque de lo contrario la empresa no avanza”, recomienda.

Para ella es fundamental que estas organizaciones además se abran a trabajar con profesionales externos. Aunque advierte que esto va de la mano con que ese tercero se involucre en la familia y esté dispuesto a trabajar en este ambiente. “El mundo de las familias empresarias es particular. Lo ideal es tener muy clara la mirada desde la relación con cada una de las personas que están tomando las grandes decisiones, el patriarca, sus hijos, la descendencia. No todo el mundo está dispuesto a escuchar discusiones», afirma.

“Hay que establecer un espacio paralelo a la reunión familiar. Nosotros creamos un consejo donde están los socios de la familia. Aquí podemos discutir, sin involucrar nuestras relaciones personales», María Paz Henríquez. 

Junto a ello, considera esencial establecer redes con otros empresarios familiares para compartir experiencias. “Yo creo que esa instancia de conversación está instalada en REDMAD a través de los Círculos de Socias, que son ambientes más personales donde puedes hablar de lo que te está pasando en tu cargo y los objetivos que tienes”, destaca.

Una oportunidad para los liderazgos femeninos

A juicio de María Paz Henríquez, el ámbito de las empresas familiares es una oportunidad de desarrollo para las mujeres que buscan ingresar a la alta dirección. “Las empresas familiares saben que necesitan esta ayuda. Muchas veces no tenemos el recurso financiero para tener expertos dentro de la empresa, entonces nuestra alternativa es contar con esa ayuda desde el directorio o desde una asesoría externa».

Su consejo para quienes deseen desarrollarse en este sector es prepararse para entender a las familias desde adentro y conectar con ellas. «Tiene que generarse una confianza porque no siempre estamos dispuestos a entregar todos nuestros temas y a mostrarnos como somos, con todas nuestras problemáticas que no se dan en las corporaciones grandes».

Junto a ello, hace un llamado a liderar con foco en los equipos. «Hoy más que nunca se necesitan directores que tengan una mirada en las personas. A raíz de todo lo que ha pasado en Chile desde el 18 de octubre, esa mirada es una de las más importantes», afirma, y destaca la importancia de los liderazgos diversos. “Desde ahora y en adelante, las empresas lograremos una mejor gestión si, desde la perspectiva de los socios y los directorios, tomamos un nuevo rol e incorporamos a profesionales diversos, que también tengan ese nuevo foco en las personas”, agrega.

«Quisiera incentivar a las mujeres a que se atrevan»

Como socia de REDMAD, considera que la Corporación puede aportar mucho en el desarrollo de las ejecutivas. “La mayoría de las mujeres en Chile trabajan para terceros y se desarrollan dentro de una institución. A mi edad –55 años– las mujeres estamos súper vigentes y tenemos ganas de hacer muchas cosas, sin embargo no se nos dan tantas posibilidades dentro de las empresas y muchas tienen que ir saliendo de estos cargos”.

Por ello llama a perder el miedo a emprender y a preocuparse por su propio desarrollo personal y laboral a esta edad. «Yo quisiera incentivar a muchas mujeres, a que si tienen las capacidades lo hagan y se atrevan. No tengamos miedo de ser empresarias. Ojalá perdamos el miedo a salir de la zona de confort y de la comodidad de ser ejecutivas en grandes empresas, con vastos recursos. A esta edad son muchas las herramientas con las que contamos, como las competencias aprendidas, grandes habilidades desarrolladas y por sobretodo la madurez que se nutre de todo lo que hemos vivido”, concluye.