Académicos comprueban que la brecha salarial de género persiste a nivel mundial, incluso cuando se habla de los mismos trabajos
06 marzo 2023En el estudio, publicado en la revista Nature Human Behavior, 29 profesores e investigadores de todo el mundo analizaron las diferencias en los ingresos de hombres y mujeres en 15 países desarrollados.
Un grupo de 29 profesores e investigadores de todo el mundo analizó las diferencias en los ingresos de hombres y mujeres en 15 países desarrollados, demostrando que las mujeres siguen ganando menos que los hombres, incluso cuando realizan el mismo trabajo y en la misma empresa.
Los 15 países estudiados fueron: Canadá, Chequia, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Israel, Japón, Países Bajos, Noruega, Eslovenia, Corea del Sur, España, Suecia y Estados Unidos.
Francia y Hungría, donde las mujeres ganan un 11% menos que los hombres en general, registraron la brecha general más pequeña. Corea del Sur tuvo la mayor, con un 41%, y Japón con un 35%. Estados Unidos tenía la cuarta brecha salarial de género más alta, con un 30%. Al comparar trabajos sustancialmente iguales, para el mismo empleador, las mujeres ganan un 7% menos en Dinamarca y Francia; un 26 % menos en Japón; 14% en EE.UU.; y 12% en España, dice Forbes.
Dos factores incidentes
El estudio de estos académicos fue publicado en la revista Nature Human Behavior y fue dirigido por Andrew Penner, de la Universidad de California, Irvine. Contrario a lo que se pensaba, este demostró que los procesos de clasificación de personas en diferentes trabajos representan sustancialmente menos diferencias salariales de género de lo que se creía anteriormente y que, en cambio, las diferencias salariales dentro del trabajo siguen siendo importantes.
Andrew explica: “Una de las cosas importantes que aprendí como estudiante de posgrado fue que la gran mayoría de la brecha salarial de género ocurre porque las mujeres son seleccionadas para trabajos diferentes a los de los hombres. Esto tiene implicaciones muy profundas sobre cómo pensamos acerca de las políticas. Si las mujeres ganan menos que los hombres porque tienen diferentes trabajos, entonces debemos pensar en políticas que se centren en la contratación y la promoción, y también en la creación de canales que aseguren que las mujeres y los hombres tengan oportunidades para desarrollar intereses en campos lucrativos. Pero en la medida en que las mujeres y los hombres reciben salarios diferentes cuando realizan el mismo trabajo para el mismo empleador, esto significa que necesitamos políticas que se centren en la igualdad de remuneración por el mismo trabajo”.
Continúa: “Desafortunadamente, la evidencia para adjudicar esto es realmente difícil de obtener: requiere de información que permita vincular a los empleados que trabajan en la misma ocupación para el mismo empleador, y estos datos son relativamente poco comunes. Y esto significaba que nuestra evidencia aquí procedía de datos de un número limitado de países, y gran parte tenía tres o cuatro décadas de antigüedad”.
Margen de mejora
Así fue como hace varios años un grupo se propuso construir una red de académicos que estuvieran trabajando con los tipos de datos necesarios para responder esto en varios países diferentes, cuenta Andrew. Había trabajado en Noruega, Chequia y Eslovenia, y un colaborador que había trabajado en Alemania y Suecia se acercó a otro colaborador de Francia.
Cuando comenzaron a hablar sobre el proyecto y la idea de esta red, muy pronto encontraron investigadores con datos en 15 países que estaban interesados en participar a través de llamadas, conocidos y amigos. “Siguió juntándose gente, porque había mucho entusiasmo por actualizar esta importante investigación y participar en el trabajo sobre un tema tan importante”, dice Andrew.
Cuando comenzaron a llegar los resultados, les sorprendió que en todos sus países una parte sustancial se debiera a las diferencias salariales dentro del trabajo. Andrew indica que, según investigaciones anteriores, esperaban encontrar esto en algunos países, pero no en todos.
Andrew concluye: “Si vemos nuestros 15 países, aproximadamente la mitad de las diferencias salariales que observamos se deben a que las mujeres y los hombres son clasificados en diferentes trabajos, y aproximadamente la mitad se debe a que a las mujeres se les paga menos que a los hombres con los que trabajan. Esto es realmente importante, porque significa que debemos continuar trabajando en nuestras políticas de contratación y promoción y que también hay mucho margen de mejora a partir de la igualdad de remuneración por el mismo trabajo”.
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