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Encuesta revela la dificultad que enfrentan los cuidadores al equilibrar el trabajo y las responsabilidades familiares

02 octubre 2023

El sondeo, realizado por la organización Yo Quiero Estar, indicó que el 76% de los encuestados ha pensado en renunciar a su trabajo a causa de la incompatibilidad de su vida personal con la jornada presencial.

Con más de 1.300 respuestas, la encuesta realizada por la organización Yo Quiero Estar dio a conocer una serie de cifras que reflejan la difícil realidad que hoy enfrentan los cuidadores de niños, personas mayores y enfermos en Chile.

Verónica Campino, coordinadora y cofundadora de Yo Quiero Estar, explica que la motivación detrás de esta encuesta fue que se dieron cuenta de que se iba a acabar la alerta sanitaria y la ley de teletrabajo: “Dijimos: bueno, ocupemos este tiempo para recabar información, para saber realmente cuál es el efecto de fin de la alerta sanitaria”.

Así, difundieron el formulario mediante redes sociales con el fin de alcanzar una muestra estadísticamente significativa. La encuesta, que estaba dirigida principalmente a cuidadores y personas que hayan tenido la posibilidad de teletrabajar durante la pandemia, fue respondida mayoritariamente por mujeres (94%) y, del total de la muestra, solo el 17,4% aseguró que aún continúa con teletrabajo.

La vuelta a la presencialidad

Según los datos recopilados en la encuesta, solo un 32% de los empleadores ofreció alguna forma de continuidad con el teletrabajo o jornadas híbridas al término de la alerta sanitaria, mientras que el 64% decidió volver a la presencialidad por completo.

Esta situación reconoce Verónica Campino, fue uno de los resultados que más les llamó la atención: “La baja continuidad al teletrabajo era algo que nosotros queríamos medir porque, dentro del debate legislativo, se ha estado conversando si esto tiene que ser un derecho o un acuerdo. Nosotras habíamos medido en encuestas anteriores que existía la percepción de que los empleadores, en un porcentaje importante, iban a preferir la presencialidad por sobre el teletrabajo y jornada híbrida, por una inercia cultural que no tiene relación con el desempeño de las personas en sí. Con la última encuesta se confirmó que la mayoría de los empleadores está haciendo volver a la presencialidad, aun cuando el teletrabajo ha funcionado por uno o dos años. Esto refuerza la importancia de avanzar hacia una legislación que otorgue herramientas de conciliación y una cultura donde la presencialidad sea medida por la productividad y no si estoy o no presente en la oficina”

Por otro lado, la encuesta reveló que un 76% de los encuestados considera que su calidad de vida ha empeorado luego de la vuelta a la presencialidad. Entre las principales razones que explican este fenómeno se destaca el aumento de gastos -traslados, alimentación, pago de cuidador, etc.- con un 75%, seguido por los problemas para delegar labores de cuidados (73%) y el deterioro de la salud mental (69%).

Sumado a esto, casi el 76% de los encuestados ha pensado en renunciar a su trabajo a causa de la incompatibilidad de su vida personal con una jornada presencial.

En esta línea, la cofundadora de Yo Quiero Estar recalca que “el hecho de que 7 de cada 10 personas están con problemas de salud mental, depresión, estrés, ansiedad, por tener que volver presencial, y que un 76% esté evaluando renunciar por incompatibilidad, dice mucho. Esto demuestra que los cuidadores, en su mayoría mujeres, no tienen herramientas para poder conciliar la vida laboral y familiar y tienen que optar entre una u otra”.

El rol del mundo público y privado

Verónica Campino, quien además es integrante del comité directivo y ejecutivo de CORMA (Corporación de la madera), explica que iniciativas legislativas como el Proyecto de Sala Cuna Universal o el Proyecto de Teletrabajo, que recientemente fue aprobado por la comisión de Trabajo del Senado, “permiten un avance hacia la conciliación. Hoy existe una tensión muy fuerte entre el trabajo remunerado y las responsabilidades del cuidado. A las madres se les pide trabajar como si no tuviesen hijos y criar como si no trabajaran”.

Sumado a esto, desde el mundo privado, las empresas y organizaciones tienen la posibilidad de implementar una serie de medidas que incentiven la coparentalidad. Verónica Campino asegura que “lo primero es entender la realidad de las diferentes industrias y personas para poder diseñar políticas y programas que sirvan para cada realidad específica. Dicho eso, hay ciertas cosas que son transversales y que tienen que ver con una cultura organizacional, como dejar de estigmatizar al hombre que hace uso de sus derechos parentales”.

A modo de reflexión, Campino asegura que trabajar en estas medidas, tanto desde el plano público como privado, se convierte en algo urgente ante las alarmantes cifras de incompatibilidad entre el cuidado de los hijos y el trabajo presencial. “A las cuidadoras y cuidadores la pandemia les devolvió momentos de almuerzos juntos, de ir a buscar y a dejar a los niños al colegio, de tener más tiempo en familia, más tiempo de calidad, y eso es algo sobre lo cual no quieren retroceder”, expresa.

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