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Informe de la OIT: las brechas laborales de género son mayores de lo que se pensaba

19 junio 2023

Paloma Carrillo, economista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quien es una de las autoras del informe, explica las razones y consecuencias de este fenómeno, que se da especialmente en países en vías de desarrollo.

 

Un estudio publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en marzo de este año reveló preocupantes cifras sobre la brecha laboral y salarial entre hombres y mujeres y evidenció la lentitud del avance durante las últimas dos décadas respecto al tema. Se estima que el 15% de las mujeres que quieren trabajar no tienen trabajo, en comparación al 10,5% de los hombres, diferencia porcentual que, según expone el informe, se ha mantenido prácticamente igual desde el 2005.

En cuanto a brecha salarial, se estima que por cada dólar de ganancia laboral que reciben los hombres, las mujeres ganan solo 51 céntimos. En los países de renta baja y media-baja esta disparidad es aún peor, ya que las mujeres ganan 33 y 29 céntimos por cada dólar, respectivamente.

Paloma Carrillo, economista de la OIT y una de las autoras del informe, explica las razones detrás de estos números, ahondando en la temática de la maternidad y exponiendo una serie de posibles soluciones para esta problemática que aqueja a las mujeres de todo el mundo y, especialmente, a las que habitan en países menos desarrollados.

-¿Por qué creen que la brecha de género se ha mantenido casi sin cambios durante dos décadas?

-La desigualdad en la tasa de brecha de empleo y su persistencia se deben a desigualdades estructurales subyacentes que no han mejorado significativamente en los últimos años. Estas incluyen estereotipos sobre los roles respectivos de hombres y mujeres, sus capacidades y aspiraciones, lo que resulta en una cantidad desproporcionada de responsabilidades personales y familiares para las mujeres, mayor desaliento en la búsqueda de empleo por su parte, menos oportunidades de empleo adecuadas y sesgos de género en cuanto a las competencias y el potencial de las mujeres y los hombres, por mencionar algunos.

-¿Qué medidas han visto que funcionan para revertir la brecha de género o la falta de oportunidades laborales para las mujeres?

-Las políticas que han demostrado reducir las brechas de género en el mercado laboral son aquellas que pueden abordar las desigualdades estructurales subyacentes. Esto se puede lograr a través de políticas que aseguren que las mujeres y las niñas tengan igualdad de oportunidades en el acceso a la educación, cursos de mejora de habilidades y oportunidades de formación vocacional, así como acceso a áreas más diversificadas, incluidos cursos y servicios de colocación que conduzcan a ocupaciones en las que tradicionalmente han trabajado los hombres, entre otros.

Por otro lado, el estudio menciona que, aunque los empleos considerados como “vulnerables” -como el trabajo en el hogar, independiente o negocios familiares- son comunes tanto en hombre como mujeres, son las mujeres quienes tienden a estar más sobrerrepresentadas en esta categoría. Este factor, sumado a las menores tasas de empleos, impacta directamente en los ingresos de las mujeres.

-En el reporte se mencionan los términos penalización de la maternidad y la paternidad premium, ¿qué significan?

-En particular, la «penalización de la maternidad» para la participación en la fuerza laboral es el término utilizado para describir la disminución de la probabilidad de que las madres con hijos pequeños participen en el trabajo en comparación con las mujeres en general. Por otro lado, el «premium de la paternidad» se refiere al aumento de la probabilidad de que los padres con hijos pequeños participen en la fuerza laboral.

Así, el informe puso en evidencia, nuevamente, la brecha que enfrentan las mujeres en el mundo laboral y la falta de avances en esta materia durante las últimas décadas. Como conclusión, se estima que, incluso si las mujeres y los hombres trabajaran exactamente al mismo ritmo, estas seguirían ganando entre 43 y 73 céntimos por cada dólar que reciben los hombres, dependiendo del grupo de ingresos.

-¿Qué se podría hacer para que las labores de trabajo de cuidados no remunerado no afecten tanto a las mujeres?

-Reducir las desigualdades del trabajo no remunerado requiere el reconocimiento efectivo, la reducción y la distribución equitativa de este entre mujeres y hombres. Además, abordar sus vínculos con la maternidad es fundamental para avanzar. Por ejemplo, el acceso universal a la protección de la maternidad está lejos de ser una realidad y, a nivel mundial, más de un tercio de los países no tienen derechos legales de permiso para los padres en absoluto. En particular, fomentar la implementación de permisos parentales compartidos puede contribuir a cambiar las percepciones y expectativas de género relacionadas con las responsabilidades de cuidado.

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