¿Multa por hijo/a? Estudio expone los obstáculos que enfrentan las mujeres en el mercado laboral debido a la maternidad
15 febrero 2024Brechas salariales, impedimentos para acceder a oportunidades y limitaciones en el avance profesional son algunos de los elementos que afectan la vida laboral de las mujeres tras dar a luz.
Una investigación liderada por el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Dante Contreras, reveló que uno de los factores que contribuye a la desigualdad de género dentro del mundo laboral es el impacto negativo ocasionado por la maternidad, fenómeno coloquialmente conocido como “multa por hijo o hija”.
De acuerdo con el estudio titulado “Maternidad y Desigualdad de Género en el Mercado del Trabajo”, donde también participaron Pablo Muñoz y Cristóbal Otero como investigadores, la trayectoria de hombres y mujeres es similar hasta nueve meses antes del nacimiento de su primer/a hijo/a. Tras esto, la brecha de empleabilidad comienza a ampliarse alcanzando un 15% cuando se cumplen 20 meses después del parto.
Contreras especifica que “las mujeres, al convertirse en madres, enfrentan una pérdida de ingresos y empleo que tienden a ser permanentes. Dinámicamente, va a ser súper complejo buscar políticas hacia la igualdad de género”. Además, destaca que es importante abordar este problema estructural a través de legislaciones que fomenten la armonización entre la vida laboral y familiar.
Implementar políticas públicas
El informe plantea medidas como la extensión del derecho a sala cuna y el replanteamiento del artículo 203 del Código del Trabajo, que establece el mínimo de 20 trabajadoras requerido para que las empresas ofrezcan sala cunas a sus empleadas.
Otras de las recomendaciones que entrega la investigación para reducir la desigualdad de género en ambientes laborales tiene que ver con la implementación de políticas de conciliación laboral y familiar, como licencias parentales compartidas y horarios de trabajo flexibles.
“Igualar las condiciones tanto antes como después del parto, para hombres y mujeres, representa una política que va en la dirección adecuada. Aunque podamos adoptar enfoques utilizados en naciones más igualitarias, es crucial reconocer que, incluso en esos países, persiste este patrón. La implementación de estas políticas podría dar lugar a ciertos efectos, aunque posiblemente en menor medida”, comenta Contreras. “Si bien podríamos impulsar diversas políticas, lo cual sería lo adecuado, no podemos asegurar que esto conduzca necesariamente al cierre de la brecha”, agrega.
Sin embargo, el estudio también sugiere opciones adicionales para combatir esta tendencia y reducir así al máximo esta desigualdad laboral. Entre las propuestas se encuentran la transparencia en la remuneración de las ofertas laborales y el enfoque en la responsabilidad del sector empresarial para crear entornos laborales adaptados a las necesidades de cuidado de los trabajadores.
Diferencias del sector privado al público
Uno de los hallazgos más destacados del estudio se relaciona con las disparidades en los ingresos laborales de las mujeres, dependiendo de si se desempeñan en el sector privado o público.
Estos ingresos, 20 meses después del nacimiento del primer hijo o hija, experimentan una disminución del 35% en el sector privado y del 20% en el público, en comparación con los salarios de los hombres. Contreras indica que esta discrepancia se debe a las distintas condiciones laborales en ambos sectores, sugiriendo que la situación resulta más favorable para las madres trabajando en el segundo grupo mencionado.
En relación con estos dos segmentos, Contreras cuenta que “en el ámbito público, existe una mayor protección con una menor tasa de rotación, dificultades adicionales para los despidos y sindicatos sólidos. En contraste, el sector privado ofrece salarios más elevados y, en algunos casos, una mayor flexibilidad para ciertos grupos de mujeres. Esta heterogeneidad entre ambos sectores constituye otro aspecto clave que estamos examinando”.
El impuesto a las mujeres
Dante específica que este fenómeno se suma a los múltiples desafíos que enfrentan las mujeres en su cotidianidad, una realidad que comienza desde sus días escolares.
“Las mujeres suelen encargarse de las responsabilidades cuando alguien en el hogar se enferma. Además, ante un embarazo adolescente, es común que las niñas se matriculen menos. A lo largo del ciclo de vida, ellas experimentan diversos desafíos, lo que repercute significativamente en aspectos como recursos, movilidad social, igualdad de género y su capacidad para negociar o tomar decisiones dentro de la familia. Esta dinámica tiene ramificaciones importantes que se reflejan en diversos aspectos de la vida cotidiana”, añade el investigador.
Contreras destaca que esta carga recae de manera inevitable en las mujeres y permea a lo largo de todas sus vidas. Concluye: “Las mujeres han pagado un impuesto silencioso a lo largo de muchos años”.
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