Pospandemia: ¿Una oportunidad para avanzar hacia un país más sostenible?
01 julio 2021La recuperación post covid-19, dice Virginia Zalaquett Falaha, puede significar “volver con un mundo más limpio y más acorde con las metas de cambio climático”. Para Marta Dockendorff existe interés por parte de Chile por cumplir con esos compromisos, pero hace falta una visión multidimensional sobre la importancia del medioambiente. Mientras que Julieta Martínez, fundadora de Tremendas e integrante de GEF Youth Task Force de ONU Mujeres, cree que hay que sembrar las semillas desde la educación temprana.
Queda menos de una década para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas para alcanzar un modelo de crecimiento que evite, entre otras cosas, la degradación ambiental y garantice un futuro mejor para todos.
Cuando empieza la cuenta regresiva para el 2030, y en un escenario de crisis que ha supuesto la pandemia del nuevo coronavirus, muchos expertos se han cuestionado si será posible cumplir con los ODS. El fin de la pobreza, hambre cero, la salud y el bienestar y la igualdad de género son algunos de los 17 objetivos que están siendo más impactados a corto y a largo plazo por el covid-19, según un estudio publicado en abril por la consultora Accenture a nivel mundial.
No obstante, varios analistas han considerado que la recuperación económica pospandemia sí representa una oportunidad para avanzar hacia un desarrollo más sostenible. “La pandemia produjo que el mundo prácticamente se detuviera en 2020 y eso se tradujo en una reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) cercano al 6%, según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía. La pospandemia nos da la oportunidad de tener una reactivación de los países, pero con menores emisiones de GEI, es decir, volver con un mundo más limpio y más acorde con las metas de cambio climático”, comenta Virginia Zalaquett Falaha, profesora de Diplomado en Eficiencia Energética en la Universidad Católica, miembro del Directorio de Agencia de Sostenibilidad Energética y socia REDMAD.
Sin embargo, sostiene: “el riesgo del rebote siempre existe. Por esta razón la oportunidad que se presenta también es un desafío para la transición hacia el desarrollo sostenible”.
Marta Dockendorff, fundadora y consultora de Pullen & Dockendorff, socia REDMAD y quien se desempeñó como asesora jurídica del gabinete de ministros de Energía entre 2010 y 2011, plantea que es posible avanzar hacia un país sostenible, pero para eso “no se pueden seguir retrasando las acciones en pro del medioambiente por la pandemia”. “Lamentablemente la emergencia sanitaria aplaza otros debates, pero no podemos dejar de lado que las condiciones medioambientales en que vivimos ahora son justamente las que pueden generar una serie de efectos secundarios para la salud humana”, comenta.
A pesar de ello, Marta Dockendorff añade que hay un “legítimo interés” por parte del Ministerio del Medioambiente de avanzar en acciones que hagan de Chile un país más sostenible. De hecho, esa cartera advierte en su sitio web que tiene “la responsabilidad de velar por la dimensión ambiental en todos los ODS”.
Virginia Zalaquett Falaha coincide: “actualmente, Chile tiene la meta de ser carbono neutral al año 2050 y para ello avanza en varios frentes, como la implementación de la nueva ley de eficiencia energética, que podrá aportar reducciones superiores a 4,6 millones de toneladas de CO2 al 2030, además de reducir la intensidad energética en un 10%”.
Por otra parte, dice la experta, el país también desarrolla “la estrategia de electromovilidad, la que está en proceso de actualización y contribuye a la carbono-neutralidad. Convertir a Chile en uno de los principales productores y exportadores de hidrógeno verde, así como el retiro gradual de las centrales a carbón y la nueva meta de tener una matriz energética con un 40% de energías renovables no convencionales al 2030, son distintas estrategias que apuntan a convertir a Chile en un país neutro en materia de emisiones al 2050”.
Ambas expertas hacen énfasis en la necesidad de que los esfuerzos por hacer de Chile un país sostenible no vengan solo del gobierno, sino también de las empresas y la sociedad completa. A modo de ejemplo, señalan que el sector energético en su conjunto –tanto público como privado– es responsable de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, y por eso es tan relevante el uso consciente y eficiente de la energía.
Para Marta Dockendorff, también hace falta una comprensión multidimensional de los beneficios de un país más sostenible en cuanto a medioambiente: “Cuando se avanza en eso, se está avanzando en una serie de otros factores, como la igualdad de género, el fin de la inseguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. Está todo conectado, no se trata solo del medioambiente”.
Julieta Martínez, fundadora de Tremendas –agrupación con la que REDMAD inició recientemente una colaboración– concuerda, y cree que Chile debe “optar por una nueva economía, una economía ética y consciente. Integrar a la educación en edad temprana la economía circular, el trabajo colaborativo, el liderazgo formativo, pero no como materias optativas, sino con la misma importancia que se da a las matemáticas, ciencias, lenguaje, etc”. Según la integrante de GEF Youth Task Force de ONU Mujeres y cofundadora de Latinas for climate, “este rediseño de mundo que se nos viene necesitamos ciudadanxs no sólo competentes sino también comprometidxs y conscientes con su entorno”.
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