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Abramos la Caja Negra: una mirada desde la perspectiva de género

07 agosto 2024

Analizamos el impacto de las labores de cuidado en el desarrollo profesional con expertas en recursos humanos y temas de género.

Los resultados del estudio Abriendo la Caja Negra 2.0: factores que impactan en el camino hacia la alta dirección, elaborado por REDMAD y Criteria, arrojaron que las mujeres se muestran más conservadoras a la hora de tomar ciertas decisiones laborales para salvaguardar los cumplimientos de su doble rol de cuidadora / profesional, lo que genera un impacto en su desarrollo profesional.

Aquí presentamos el análisis de tres socias, expertas en temas de recursos humanos y de género, acerca del impacto de las labores de cuidado en el desarrollo profesional.

Responsabilidades adicionales

El estudio determinó que las mujeres se muestran más conservadoras al ser consultadas por su disposición a asumir desafíos profesionales. Por ejemplo, evidencian una brecha negativa de 11 puntos porcentuales (pp) respecto de la afirmación: “Estoy dispuesto a asumir responsabilidades adicionales en el trabajo”, y una de 9 pp frente a la afirmación: “Me gusta asumir desafíos y trabajar en proyectos difíciles”.

Ante esta conclusión, Eugenia Hernández, Coach ejecutiva especializada en carrera y talento, afirma: “Las mujeres no hacemos networking ni tareas destacadas para visibilizarnos y eso, obviamente, afecta los niveles a los cuales se puede llegar dentro de una organización. Entonces, esos puestos de tomadoras de decisiones y de responsabilidades importantes, son adjudicados a otras personas o bien mujeres que no tienen el rol del cuidado. Para mí, es una desventaja que se suma a otros para el desarrollo profesional de una mujer”.

Asimismo, y con una diferencia de 7 pp, las mujeres se mostraron más inclinadas que los hombres a afirmar que han sentido que no vale la pena asumir una posición de más responsabilidad por el costo familiar o personal que conlleva.

Claudia Bobadilla, directora de empresas, entrega posibles soluciones para disminuir estas cifras: “Las labores de los cuidados de la primera infancia y de los adultos mayores no son una responsabilidad de la mujer, sino que son una responsabilidad de la sociedad. Por lo tanto, es indispensable avanzar en una cultura efectiva de la corresponsabilidad junto a la ampliación de una red de servicios que, con altos estándares, dé tranquilidad a madres, padres y a las familias en general”.

Respecto a la conclusión de que las mujeres consideran que no vale la pena asumir responsabilidades laborales por el costo familiar, Paulina Leighton, directora Chile Global Angels, analiza: “Históricamente, es la mujer la que se ha hecho cargo de las labores de cuidado no solo de los niños, sino que también de los mayores y los enfermos que hay en cada familia, y estos resultados nos indican y confirman que esta costumbre sigue arraigada en la sociedad”.

Y puntualiza: “Estas brechas enormes nos indican que la mujer sigue sintiéndose responsable de asumir las labores de cuidado y que, además, sabe que no tendrá ayuda suficiente si toma puestos de mayor responsabilidad, los que en general implican mayor trabajo y concentración. Incluso, están dispuestas a no tomarlos por el costo familiar que esto conllevaría. Creo que, si bien se ha tomado conciencia en algunos sectores de la población de que es la sociedad, como un todo, la que se tiene que ‘hacer cargo’ de estos temas, aún la cancha no está emparejada para que la mujer pueda desarrollar su carrera en las mismas condiciones que los hombres”.

Las mujeres y el tiempo en familia

En Abriendo la Caja Negra 2.0 se determina que son las mujeres las más críticas respecto a cómo las empresas donde trabajan valoran el hecho de que las personas puedan pasar tiempo con sus familias (brecha de 14 pp).

Eugenia Hernández subraya el hecho de que el tiempo de cada uno tiene que dividirse en tareas sociales, laborales, profesionales, personales, familiares. “Obviamente, esto hace que las mujeres tengan poco desarrollo dentro de sus carreras. Si le agregamos que una de las condiciones relevantes para la trayectoria profesional es el desarrollo de la marca personal y la reputación vemos otro inconveniente, dado que las mujeres no destinan horas de trabajo para esta tarea. Ellas, más bien, hacen el trabajo, no se visibilizan y, además, se van a su casa para ejercer el rol de cuidadoras. Por lo tanto, la brecha con relación al desarrollo de carrera de los hombres es mucho mayor”.

El estudio presenta claras brechas entre los géneros en relación con la disposición a asumir desafíos y responsabilidades adicionales en el trabajo. Estas se encuentran ligadas a la permanente tensión que representan las exigencias de cuidado, que es un factor que produce notorias diferencias en la percepción de la vida profesional de mujeres y hombres.

Para concluir, Paulina Leighton advierte que hay que tener cuidado con las políticas que parecieran ayudar a las mujeres en su desarrollo profesional, pero que, a la larga, solo hacen que la brecha se vaya haciendo más grande. “Creo que somos las mismas mujeres las que, con valentía y responsabilidad, tenemos que exponer nuestros puntos de vista, aunque a veces sean impopulares. Solo así podremos asegurarnos de que el remedio no sea peor que la enfermedad”, finaliza.

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