Carta abierta Día Internacional de la Mujer
08 marzo 2022El 8 de marzo es una oportunidad para hacer un alto, mirar hacia atrás y valorar lo avanzado; también lo es para mirar al futuro y emprender nuevos desafíos.
Desde hace un tiempo y aún más en el último período, hemos recibido un sinfín de noticias acerca de nuevos nombramientos de mujeres en importantes cargos. En el mundo privado, y por mencionar solo una de las múltiples nominaciones, más de la mitad de los nuevos directores de las Juntas Ordinarias de Accionistas de 2021 fueron mujeres. En el mundo público, el nuevo gobierno estará compuesto por una mayoría de mujeres al frente de ministerios y ha habido nombramientos emblemáticos como la nueva presidenta del Banco Central o la futura ministra de Interior. Todo ello nos habla de una distribución más igualitaria de las esferas de liderazgo y decisión, un paso definitivo para la equidad de género.
Desde el punto de vista de la conversación pública, constatamos dos fenómenos: la creciente cantidad de temas que afectan principalmente a las mujeres, y la transversalidad de la perspectiva de género. La tasa de ocupación femenina, el empleo de mujeres, la flexibilidad laboral y la distribución de las tareas domésticas y de cuidados, son ámbitos que han estado en el centro de las conversaciones. Y la perspectiva de género, que considera las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres, como un factor a considerar para analizar e incidir en una serie de ámbitos de la vida social. Esta marea temática y cualitativa nos ha abierto un nuevo territorio en el que ha sido necesario realizarse nuevas preguntas y abrirse a nuevas reflexiones.
REDMAD ha contribuido de manera decisiva en la reconfiguración de las conversaciones, de los espacios públicos y privados y en el avance de las transformaciones culturales, sea por su trabajo público, por su trabajo interno, o sea por el liderazgo de cada una de sus socias en distintas organizaciones, siendo parte de la construcción de este nuevo escenario.
Y, sin embargo, no podemos caer en la complacencia porque aún estamos lejos de la equidad de género. La presencia de mujeres en directorios y plana ejecutiva de las empresas está entre las más bajas de las naciones OECD. La brecha salarial, pese a una ley que tiene más de 15 años, está en torno al 20%. Aun cuando las mujeres son mayoría entre los estudiantes universitarios, solo representan la quinta parte de las carreras STEM. La escasa corresponsabilidad parental tiene una serie de consecuencias sobre el desarrollo profesional de las mujeres y también sobre sus pensiones. Y cómo pasar por alto la violencia que se sigue ejerciendo contra la mujer por razón de su género.
Estamos en el camino correcto y debemos acelerar el paso. Especialmente en este año, en que uno de los principales desafíos del país es la reactivación económica con focalización femenina. Buscaremos todas las alianzas y acciones encaminadas a aumentar la participación laboral de las mujeres. Ello pasa también por impulsar las iniciativas que promuevan la corresponsabilidad parental, lo que permitirá la incorporación y el avance profesional de las mujeres y la integración de los hombres de manera que no se resten del período de crianza y cuidados. La igualdad debe ser también una prioridad en esta crisis, porque nadie se debe quedar atrás y porque el trabajo de las mujeres vale lo mismo. Y para acelerar la incorporación de mujeres en directorios, será necesaria una legislación que por la vía de los incentivos o el reporte la aumente de forma sustantiva.
2022 puede ser un año decisivo para consolidar los avances logrados y marcar la ruta para que el talento femenino pueda hacer la contribución necesaria para alcanzar una reactivación real, paritaria y sostenible.
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