Liliana Reyes: “Si ayudamos a que otra mujer crezca y le vaya bien, vamos a contribuir a que la realidad que estamos viviendo cambie”

02 diciembre 2022

Es Ingeniera en informática, cuenta con más de 20 años en la industria de la tecnología y es CEO en Continuum HQ, empresa en la que lleva casi 14 años.

Liliana Reyes cuenta con más de 20 años en la industria de la tecnología. Comenzó con una carrera técnica, análisis de sistemas, y al poco andar siguió con Ingeniería en Informática en la Universidad Diego Portales, para poder acceder a mejores sueldos y cargos. También tiene diplomados en la Universidad Técnica Federico Santa María y en la Universidad Adolfo Ibáñez.

“Una vez que me titulé, me ofrecieron un trabajo mejor como líder de equipo y me fui a Interplanet. Estuve alrededor de cinco años y llegué a ser Jefe de Desarrollo, que es el área dedicada a las consultorías de tecnología y de implementar soluciones. Fue la primera vez que tuve harta gente a cargo. Ahí supe lo que implicaba”, recuerda Liliana.

Tras esa experiencia, y hace casi 14 años, llegó a Continuum HQ, la empresa donde está actualmente. Esta fue creada por una de las personas que trabajaba con ella, quien decidió emprender en tecnología. Seis meses después que estaba formada esa empresa llegó Liliana. “He tenido todos los roles, partí liderando proyectos, después armé el área de diseño de experiencia de usuario y formé gente, también hice consultorías. Creo que mi base me ayudó mucho, porque me volví un puente entre el mundo del diseño y el de la implementación”.

Tras formar esa área se convirtió en Gerente de Operaciones. “Me costó un poco acostumbrarme a la idea, estuve tres meses con el síndrome del impostor hasta que solté y empecé a disfrutar el cargo”, cuenta. Armó un área de operaciones y surgió la oportunidad de armar un área nueva de consultorías en salud. Liliana la tomó.

Convirtiéndose en CEO

Llegó la pandemia y unieron las dos oficinas de la empresa, en Perú y Chile, y pasó a ser Gerente de Operaciones a nivel global. Recién en julio del año pasado pudo dedicarse 100% a su rol de operaciones. “Estaba pasándolo increíble. Le quise dar el toque a mi área de que fuera de ayuda”, cuenta. Estaba en eso cuando al CEO le surgió la oportunidad de emprender y, tal como lo habían conversado, ella tomó su cargo en febrero.

“Mi jefe me había preguntado antes si quería ser la CEO y le había dicho de inmediato que sí. Él se sorprendió, pero le dije que ahora me daba cuenta de que sí podía. No iba a ser fácil, tendría que aprender mucho, pero ya estaba en esto y haciéndolo bien, entonces por qué no iba a poder hacer algo más”, recuerda. El traspaso se dio de forma natural, ya que ambos manejaban el mismo contexto, y el directorio le manifestó todo su apoyo.

Al hacer el anuncio hubo mujeres que dijeron que se sentían muy contentas, pero lo que más le sorprendió fue un compañero que se emocionó, cuenta Liliana. “Dijo que se sentía orgulloso de trabajar en una empresa con una líder mujer. Esto me dio la inyección de energía que necesitaba. Así empezó este viaje. Ha sido un carrusel, pero estoy disfrutando el proceso”.

Reflexiona: “Me he dado cuenta de que el hecho de que haya mujeres en este tipo de cargos ayuda a que otras también quieran estar en esos roles. Muchas veces dejamos pasar oportunidades, pero hay que tener las ganas y organizarse. Nunca va a ser fácil”.

Primer año de socia

Liliana es socia desde hace un año y cuenta que ha sido muy linda la experiencia, especialmente gracias a su madrina, Naghmeh Vahdat. “Fue muy cálida en recibirme y orientarme. Me siento afortunada del grupo en el cual estoy porque, además de que son mujeres increíbles con una trayectoria profesional importante, son lindas personas. Siempre me he sentido acogida, nos contamos nuestros temas y desafíos personales, nos mentoreamos y hemos ido hasta a la playa. Lo que más rescato es la contención y tener un espacio seguro donde nos potenciamos. Sé que puedo contar con ellas”.

Liliana comparte sus aprendizajes: “Lo primero es que seamos valientes, muchas veces le ponemos peso a los temores y dejamos de tomar oportunidades. Al final, si no nos va tan bien, podemos volver al punto en que estábamos antes con más experiencia ganada. Lo segundo es que las decisiones tienen que ser en base a lo que a nosotras nos hace felices. El tercero es elegir bien al compañero de vida, tenemos que formar equipos. El cuarto es no tener vergüenza de pedir ayuda al ser víctimas de situaciones que no deberíamos aceptar”, dice.

Su último consejo es: “Siento que las mujeres siempre deberíamos ayudar a otras mujeres. Si ayudamos a que otra mujer crezca y le vaya bien, vamos a contribuir a que la realidad que estamos viviendo cambie. A que haya más mujeres en trabajos donde las valoren y también a tener una sociedad más justa”.

Los fines de semana se dedica a la lectura, hobby que adquirió de su papá. Lee de todo: novelas románticas, policiales, libros de crecimiento personal, ya que hace mentorías en +Mujeres, y disfruta mucho los libros de cultura organizacional.

“Recomiendo el libro ‘Manifiesto de felicidad’. En el último tiempo me compré muchos libros de liderazgo de distintos tipos y libros de los mejores gerentes generales. Voy leyendo libros en paralelo”, indica. “Con mi marido nos repartimos las actividades y el cuidado de nuestro hijo de diez años. Me genera los espacios de hacer las cosas que me hacen feliz. Los sábados necesito estar sola con un libro y desconectada. Mi marido se levanta con mi hijo, me da un café, y me deja tranquila. Eso es una pareja, un compañero”.