El elefante en la sala: mujer, empleo e inteligencia artificial

08 noviembre 2023

Sin duda, 2023 será el año de la explosión del debate sobre la inteligencia artificial. No es que antes la IA no existiera, pero en cierto sentido la irrupción masiva de Chat GPT y otras tecnologías similares la sacaron de los laboratorios, de las big tech y de las universidades y la pusieron al alcance de literalmente todas las personas para que experimentaran con ella, desafiando rápidamente la frontera de lo que se creía posible con este tipo de herramientas.

A lo largo de estos meses, muchos de nosotros hemos asistido a seminarios, conversatorios o charlas sobre la inteligencia artificial y su cruce con temas tan diversos como el mundo del trabajo, la educación, la productividad, la ética o la entretención. Hemos leído incontables columnas de opinión y entrevistas, escuchado programas en la radio y en la televisión.

Pero hay un tema que permanece más silencioso detrás de esta efervescencia: ¿cómo afectará a las mujeres, en su dimensión laboral, la inteligencia artificial generativa? ¿Profundizará los sesgos de género y estereotipos que se niegan a desaparecer en el ámbito tecnológico? ¿Cuáles son las habilidades humanas más importantes para aprovechar la IA? ¿Cómo podemos usarla para, como mujeres, avanzar en nuestras carreras? ¿Pueden ser estas tecnologías nuestras aliadas?

La incertidumbre es elevada, sobre todo si consideramos que, de acuerdo al Kenan Institute of Private Enterprise, 8 de cada 10 mujeres en Estados Unidos -58.87 millones de personas- actualmente están empleadas en ocupaciones que se encuentran altamente expuestas a la automatización fruto de la IA generativa, versus 6 de cada 10 hombres.

La explicación está en la naturaleza del trabajo de la mujer: este tipo de IA afectará especialmente a trabajadores de la economía del conocimiento, y las mujeres, dice el estudio, están en un 70% concentradas en dicho ámbito, a diferencia de los hombres, que están más balanceados entre este y el mundo manufacturero.

A la incerteza laboral se suman los riesgos que conllevan los sesgos de género que están presentes en estas tecnologías. Estos pueden darse en varias fases: en el proceso de desarrollo del algoritmo, en el entrenamiento de los conjuntos de datos y en la toma de decisiones generada por la IA.

Según se explica en un reporte del Global Observatory, las aplicaciones de inteligencia artificial se ejecutan mediante algoritmos. En simple, el proceso implica transformar los datos de entrada en datos de salida, por lo que el tipo de información que se introduzca puede influir directamente en la posterior toma de decisiones de los algoritmos: si los datos contienen originalmente ciertos sesgos, estos pueden ser reproducidos por los algoritmos; si se utilizan durante períodos prolongados, pueden reforzar estos sesgos.

Por ello, en el Summit REDMAD HumanAI: El factor femenino en un mundo artificialmente inteligente, queremos reflexionar sobre lo que implica para la mujer este fenómeno, enfatizando la importancia que tiene, especialmente para quienes están en puestos de liderazgo, el manejar con fluidez la lengua de la inteligencia artificial, así como desarrollar habilidades que estén más allá de lo que hoy esta puede ofrecer.

Se trata de un reto generalizado, que no solo descansa en los hombros de las personas, sino también en empresas, el sector público y universidades, entre otros. Es urgente ampliar la mirada, sobre todo si consideramos que el empleo femenino en Chile sigue rezagado pospandemia. Como señala la OECD, la forma en que la IA acabe afectando a los trabajadores y al lugar de trabajo, y si los beneficios superarán a los riesgos, dependerá de cómo, a nivel social, abordemos este tema. Por ello, vemos que nuestro Summit es una forma de aportar en esa discusión, desde lo público, lo privado y, por supuesto, desde nuestra experiencia como mujeres en alta dirección.

María Ana Matthias
Presidenta de REDMAD