Gobierno corporativo, compliance y sabiduría ancestral: responsabilidades y oportunidades para un liderazgo ético

02 diciembre 2024

Por Ana María Castro, Ana María Muñoz, Juanita Parra, Mónica Rivera y Gloria Salgado, líderes del comité de la mesa temática de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de REDMAD.

Operar en tierras tradicionales de los pueblos originarios, o cerca de ellas, es un acto cargado de respeto y de profundo compromiso. Es una oportunidad única para que las empresas reconozcan la riqueza de los conocimientos ancestrales y se inspiren en ellos para construir una ética sólida y un liderazgo auténtico.

Desde nuestra mesa de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento, proponemos una visión que conecta la ética empresarial con las enseñanzas ancestrales de la cultura mapuche, brindando un marco inspirador y sólido para la toma de decisiones estratégicas.

En un contexto de creciente demanda por integridad y transparencia, los recientes escándalos de los que hemos sido testigos durante este año en Chile ponen de manifiesto la urgente necesidad de reflexionar sobre el rol de las empresas en la construcción de una sociedad más íntegra.

La demanda social por transparencia e integridad organizacional no solo es un imperativo moral, sino también una estrategia que impacta positivamente en los resultados financieros. La OCDE señala que las empresas que fomentan una cultura ética reducen en más del 30% las probabilidades de enfrentar malas prácticas, fortaleciendo su reputación y sostenibilidad.

Esta conexión entre ética y desempeño invita a las organizaciones a ir más allá de lo declarativo, adoptando un enfoque proactivo que integre valores profundos en cada decisión y acción. En este proceso, las enseñanzas de la cultura mapuche ofrecen una perspectiva transformadora.

Así, por ejemplo, nos encontramos con conceptos como Norche, que representa rectitud y justicia que resuena con los fundamentos de un cumplimiento efectivo. Un verdadero programa de cumplimiento no se limita a evitar sanciones, sino que establece la ética como un pilar cultural que guía el comportamiento organizacional.

Otro concepto que nos regala esta cultura ancestral el Ad Mapu, o la ley de la naturaleza, que nos recuerda que toda acción tiene consecuencias. Esta visión holística se alinea con los estándares internacionales de sostenibilidad, como los reportados por la Global Reporting Initiative -GRI-, según los cuales más del 70% de los consumidores prefieren apoyar empresas comprometidas con prácticas responsables.

La sostenibilidad, por tanto, no es una simple tendencia, sino un imperativo estratégico para aquellas organizaciones que buscan fortalecer sus relaciones con la comunidad y reducir los riesgos socioambientales.

Por su parte, el Küme Mongen, o «buen vivir», destaca la importancia de construir relaciones basadas en la confianza y la transparencia. En un mercado cada vez más exigente, estas cualidades se han convertido en clave diferenciadores. Según el Edelman Trust Barometer 2023, las empresas transparentes tienen un 37% más de probabilidades de atraer y retener talento, además de generar lealtad en sus clientes. De esta forma, la transparencia deja de ser un mero ejercicio de rendición de cuentas para convertirse en una ventaja competitiva sostenible.

Por último, el concepto Kimün, o sabiduría compartida, pone de relieve la relevancia de la educación continua en la prevención de riesgos.

La OCDE sostiene que las empresas que implementan programas educativos internos logran una mayor capacidad para gestionar entornos complejos y riesgos emergentes. Invita a las organizaciones a crear una cultura de aprendizaje constante, donde el conocimiento fluya de manera efectiva y ética en todos los niveles.

Hoy, cumplir con la ley ya no es suficiente. La ética debe ser el eje central y transversal que guía cada decisión estratégica en nuestras organizaciones. Las empresas poseen un poder transformador: pueden ser agentes de cambio, capaces de construir una sociedad más justa y próspera para todos.

Demos el primer paso hacia ese cambio. En este trayecto, las enseñanzas ancestrales no solo nos inspiran; nos ofrecen un mapa para un liderazgo auténtico y nos trazan una ruta que convierte los desafíos en oportunidades reales y duraderas.

Estamos convencidas de que las empresas que asuman este compromiso con seriedad marcarán la diferencia. Serán, no solo más competitivas y atractivas para los inversionistas, sino que también contribuirán activamente a tejer una sociedad transparente, justa y floreciente. En este viaje de liderazgo ético, que el espíritu ancestral ilumine cada paso hacia un futuro compartido y un desarrollo próspero, equitativo y sustentable.