Infraestructura y conectividad: la urgencia del 5G

23 septiembre 2021

Estamos próximos a comenzar el desarrollo de esta red en Chile, en forma exploratoria, y una de las grandes tareas está en concretar un despliegue de red sostenible y responsable, y que todos los ciudadanos puedan acceder a estos servicios de forma de equiparar la cancha digital.

Por Denisse Bravo

En los últimos años, la conectividad demostró ser fundamental para nuestras vidas. Todos necesitamos una conexión rápida y estable para garantizar la realización de tareas básicas como estudiar, trabajar, generar negocios, atenciones médicas, entre otros. Es por eso que el despliegue del 5G representa una enorme oportunidad para el país, pues permitirá que más personas, incluyendo a quienes hasta ahora han quedado rezagados, puedan formar parte de la creciente sociedad digitalizada, incorporando a más territorios y reduciendo la brecha digital que existe en el país.

La red 5G viene a fortalecer el actual despliegue de 3G y 4G, entregando solución a problemas que hasta ahora tecnologías legacy no resolvían. Las altas velocidades y la baja latencia que promete el 5G impulsarán a las sociedades hacia una nueva era de ciudades inteligentes, nuevos casos de uso y mucha innovación. La ITU International Telecommunication Union ha definido tres categorías importantes que clasifican los distintos casos de uso para 5G:

• (eMBB) Enhanced mobile broadband: banda ancha de alta velocidad en interiores y exteriores, colaboración empresarial, realidad aumentada y virtual.
• (mMTC) Massive machine-type communications: IoT, seguimiento de activos, agricultura inteligente, ciudades inteligentes, supervisión de la energía, hogar inteligente, supervisión remota.
• (URLLC) Ultra-reliable and low-latency communications: vehículos autónomos, redes inteligentes, monitorización remota de pacientes y telemedicina, automatización industrial.

Los operadores que se adjudicaron el nuevo espectro en Chile tienen un plazo de dos años para que las nuevas frecuencias queden operativas desde la autorización de los decretos de Subtel. Y, si bien la tecnología de quinta generación representa grandes ventajas de cara a los ciudadanos, también implica importantes desafíos para los operadores de telecomunicaciones en cuanto a su implementación. El 5G requiere un gran despliegue de recursos, tanto técnicos como humanos, además de grandes inversiones en CAPEX y OPEX en infraestructura crítica como nuevas torres, nuevo equipamiento, datacenters, conectividad de fibra óptica (backbone) a nivel nacional, capilaridad de redes metro y de acceso, distribución de contenido de acuerdo al tipo de servicio, una red SDN (software defined network), automatización de procesos y un core de red desplegado sobre ambientes virtualizados.

Según un estudio desarrollado por STL Partners, el tráfico mundial de 5G superará al de 3G/4G ya en 2025. El mismo reporte reveló que el 40% de las empresas encuestadas indicaron que la eficiencia energética debería ser la primera o segunda prioridad para los operadores de telecomunicaciones a la hora de desplegar redes 5G. Lo anterior, sin duda, representa importantes desafíos adicionales, como más consumo de energía por sitio, mejor diseño e implementación de sistemas de respaldo de energía, mayor dependencia de los sistemas de infraestructura, innovaciones, entre otros.

Estamos próximos a comenzar el desarrollo de esta red en Chile, en forma exploratoria, y una de las grandes tareas está en concretar un despliegue de red sostenible y responsable, y que todos los ciudadanos puedan acceder a estos servicios, de forma de equiparar la cancha digital.

Esto nos permitirá avanzar hacia una sociedad más equitativa. Y debiera ser una preocupación de nuestras socias REDMAD, que día a día busca una sociedad sostenible a través de una cultura transformadora que promueve el bienestar colectivo. Si algo nos ha demostrado la pandemia, es que el internet es fundamental para el bienestar social. Ahí, no podemos quedarnos fuera del 5G.