Opinión

La tarea del cuidado al centro de las estrategias de desarrollo pospandemia

23 septiembre 2021

La crisis sanitaria nos ha demostrado el valor que representa para una sociedad el cuidado: este es el que permite que miles de profesionales puedan desempeñar sus labores diariamente y, quien transfiere las habilidades para que las futuras generaciones puedan desenvolverse en plenitud. Este es una parte fundamental de la economía, y por ello, debe ser considerado como un asunto que nos involucra a cada uno como ciudadanía.

En marzo del año pasado, cuando recién comenzaban las cuarentenas por la pandemia, ComunidadMujer dio a conocer el primer estudio que cuantifica el valor económico del trabajo doméstico y de cuidado que realizan en su mayoría las mujeres en Chile. La cifra fue sorprendente: si estas labores se tradujeran a números, equivaldrían al 22% del PIB ampliado, lo que supera la contribución de todas las otras ramas de actividad económica.

No es la única voz que ha puesto el tema sobre la mesa. La destacada economista estadounidense Nancy Folbre, que será parte del nuestro Summit REDMAD “Reactivación económica con equidad de género”, el próximo 13 de octubre, ha dedicado gran parte de su carrera a demostrar el valor que representa la economía del cuidado en una sociedad. De acuerdo a sus cálculos, la inversión pública en servicios de cuidado e infraestructura social tiene un enorme efecto positivo en la creación de empleo de las naciones y el aumento de los ingresos, así como en la promoción de la igualdad de género.

Tradicionalmente son las mujeres quienes han asumido ese rol, y a costa de un gran sacrificio personal y profesional. El estudio “Flexibilidad laboral y género”, que desarrollamos en plena pandemia con mujeres ejecutivas de diversas industrias, demuestra que, luego del trabajo, dedicamos una mayor cantidad de horas que los hombres a cocinar, lavar y planchar, comprar alimentos y apoyar a los hijos con sus tareas escolares.

Estas son horas que se restan al descanso, a la posibilidad de hacer redes profesionales, a perfeccionar nuestros conocimientos, y también, a dedicar tiempo para nosotras mismas. Es decir, son obstáculos que nos dificultan avanzar profesionalmente y en igualdad, y que, en el peor de los casos, nos obligan a elegir entre nuestro desarrollo profesional y la familia, lo que puede significar tener que abandonar temporal o definitivamente el mercado laboral.

Se trata de un tema crucial para nuestras sociedades, y muy particularmente hoy, cuando cientos de mujeres han tenido que abandonar el mercado laboral para atender a sus padres y/o cuidar a sus hijos, con el cierre de colegios, jardines infantiles y servicios de atención a domicilio. Esto nos exige tomar acciones decididas para abordar cualquier plan de reactivación económica con equidad de género, atendiendo los cambios que han ocurrido en materia de flexibilidad laboral, corresponsabilidad y liderazgo inclusivo. Estos son los temas particulares que también abordaremos en nuestro próximo Summit.

La pandemia nos ha demostrado el valor que representa para una sociedad el cuidado: este es el que permite que miles de profesionales puedan desempeñar sus labores diariamente y, quien transfiere las habilidades para que las futuras generaciones puedan desenvolverse en plenitud. Este es una parte fundamental de la economía, y por ello, debe ser considerado como un asunto que nos involucra a cada uno como ciudadanía.

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