Hoy la ciudadanía espera que estas pongan en el centro a las personas y empujen propósito en sintonía con los desafíos de la sociedad. Las organizaciones, más que sumarse a este proceso, tienen la oportunidad de conducirlo.

Por Carolina Martínez, presidenta de REDMAD

Hace tres años que como corporación decidimos impulsar el Premio REDMAD Complementariedad de Género: un reconocimiento a las organizaciones, líderes y comunicadores comprometidos con el avance de la mujer hacia puestos de alta dirección.  Decidimos hacerlo porque estábamos convencidas del poder que tienen las personas y las empresas para empujar cambios dentro de una sociedad. Ese fue uno de los motivos por los que decidimos fundar REDMAD: conectar mujeres profesionales comprometidas en la co construcción y transformación de la sociedad, en un entorno único de redes y colaboración.  

En este tiempo, hemos observado con orgullo cómo cada año más empresas están interesadas en participar en el Premio. El año pasado, fue tan diverso el universo de compañías que postularon que decidimos ampliar la categoría “Empresas” a “Organizaciones que inspiran”, para recoger el trabajo que las universidades, las organizaciones civiles y las instituciones públicas están impulsando para apoyar la participación de la mujer en todos los espacios de liderazgo. Hoy, este es un tema imprescindible para cualquier organización. Los desafíos que enfrentamos son tan complejos que requieren la mirada, el talento y la experiencia de cada una de nosotras.

Más aún, en los últimos años hemos escuchado con fuerza el concepto de empresas con propósito. Es decir, empresas orientadas a servir a las comunidades donde operan, involucrándose en causas y necesidades que van más allá de sus objetivos de negocios. Con la pandemia, el rol social de las empresas se ha vuelto más evidente, y en todo el mundo diferentes  organizaciones impulsaron acciones para ir en ayuda de las personas.

El estudio Tenemos que hablar de Chile también recoge las percepciones de la ciudadanía respecto a este punto también. “Hay que cambiar el foco en las personas”, consigna el reporte en alusión al rol que debiesen tener las empresas en la actualidad. A su juicio, “hoy el foco está puesto en lo económico y no en el desarrollo humano en las personas”. Como líderes, tenemos la oportunidad de cambiar esa percepción y ser actores protagonistas.

La Comisión para el Mercado Financiero (CMF), desde su área de influencia, también está impulsando mayores criterios de sostenibilidad (ESG) en la información que deben reportar las compañías, con el fin de promover buenas prácticas corporativas en pos de un ecosistema empresarial robusto y saludable. Entre estos criterios se encontrarán, por ejemplo, temas relativos a las brechas salariales y la presencia de mujeres directivas.

Se trata, a fin de cuentas, de un cambio fundamental para una sociedad sostenible; que tenga prácticas corporativas y políticas públicas que incorporen mujeres en todos los ámbitos y se haga cargo de los desafíos ineludibles que enfrenta el mundo en términos climáticos, políticos, sociales, culturales y económicos. Las organizaciones, más que sumarse a este proceso, tienen la oportunidad de conducirlo.