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Por qué se requiere sumar mujeres en alta dirección
28 octubre 2024Hay coincidencia: un cambio cultural que dé espacio a los liderazgos femeninos es clave para potenciar el crecimiento económico y el desarrollo del país. Y aunque hay avances, también hay desafíos importantes que se mantienen y que están poniendo freno a la urgencia que este tema requiere, indica DF. Aquí, dos expertas analizan el escenario.
Gestionar el balance de género, una competencia clave del liderazgo del siglo XXI, María Ana Matthias, presidenta de REDMAD
Promover el balance de género en la alta dirección es un aspecto clave para la sostenibilidad de las organizaciones. Así, de hecho, lo indica la CMF en su Informe Género en el Sistema Financiero 2024, donde afirma que existe importante evidencia respecto de los beneficios de incluir a mujeres en puestos directivos.
Pero, si bien ha habido avances, lo cierto es que en Chile aún no se da el equilibrio de género en roles de liderazgo. En efecto, el Quinto Reporte de Indicadores de Género en las Empresas 2023 arrojó que la presencia de mujeres en directorios y en gerencias de primera línea solo llega al 16,5% y al 22,5%, respectivamente. De ahí que, claros los diagnósticos, sea momento de avanzar a la acción.
En ese ‘cómo’, hay un elemento que resalta: el liderazgo. La destacada consultora organizacional Avivah Wittenberg-Cox, por ejemplo, asegura que el 80% del éxito de las iniciativas sobre el equilibrio de género depende de cómo los líderes enmarquen el tema. En otras palabras, acelerar y sostener este verdadero cambio cultural dependerá de forma crucial en la capacidad del líder de transformar y articular la mentalidad de la organización.
Dada la estrecha relación que existe entre balance de género y la sostenibilidad de las empresas, el ser capaces de gestionarlo de forma correcta constituye una importante competencia del liderazgo del siglo XXI, y por ello debiera ser desarrollada y aplicada por todos quienes ejerzan ese rol, sean hombres o mujeres.
Acelerar y sostener este verdadero cambio cultural dependerá de forma crucial en la capacidad del líder de transformar y articular la mentalidad de la organización.
Inclusión femenina: esencial para la sostenibilidad empresarial, Francisca Valdés, directora Mujeres Empresarias
Desde Mujeres Empresarias, hace ocho años le tomamos el pulso al avance de las mujeres en la alta dirección con el Ranking IMAD, una herramienta que permite a las empresas chilenas más relevantes -con más de 100 trabajadores y 100 mil UF de facturación-, monitorear su progreso en el balance de género en directorios y primera línea gerencial.
Entre los años 2017 y 2022, vimos un avance constante de dos puntos por año en el puntaje promedio de las empresas medidas. Pero entre los años 2023 y 2024 la desaceleración es preocupante. Aunque en nuestro país existe una mayor conciencia sobre la relevancia de la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo, no se está tomando como una prioridad estratégica en muchas organizaciones.
El talento femenino continúa mostrando su valor al aportar diversas perspectivas que hacen más rica la toma de decisiones y potencian la innovación. Bajo este escenario creemos que el estancamiento en la representación de mujeres en la alta dirección de los últimos años podría estar relacionada con factores como el ciclo económico que estamos sufriendo, la falta de prioridad en las agendas corporativas o los largos ciclos de recambio en estos puestos. En el contexto económico actual, las empresas enfrentan otras dificultades que requieren más atención como el crecimiento y la implementación de nuevas políticas de género, se va postergando.
Es fundamental que estemos todos de acuerdo en que la inclusión femenina no es solo un eslogan que suena bien: es también una palanca estratégica para mejorar el desempeño y la sostenibilidad empresarial a largo plazo. Las empresas que han apostado por el liderazgo femenino y la diversidad han mostrado resultados positivos en su rendimiento.
Es urgente que nuestra economía vuelva a crecer para que las empresas puedan situar el balance de género como algo prioritario.
El estancamiento en la representación de mujeres en la alta dirección de los últimos años podría estar relacionada con factores como el ciclo económico que estamos sufriendo.
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