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Key speaker del Summit REDMAD en Paula – La Tercera

Alejandra Urrutia, directora de orquesta y violinista: “Mostrar cómo funciona una orquesta es un bello ejemplo de cómo una institución o compañía puede hacerlo”

20 noviembre 2024

Es la primera mujer en ocupar el cargo de dirección de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal de Santiago, un trabajo que requiere de un liderazgo en el que la comunicación, la confianza y el respeto son clave. El Summit que hace unos días organizó REDMAD, giró en torno a estos temas: los aspectos fundamentales que debe tener un líder para llevar la batuta con éxito, destaca Paula – La Tercera.

 

Creció rodeada de música. Hija de un padre contrabajista, Alejandra asocia gran parte de sus recuerdos al sonido de los instrumentos.

Desde los 8 años toca violín. Primero practicaba durante tres horas diarias, luego por seis y así fue aumentando la carga hasta convertirse en una violinista profesional. A los 16 se ganó una beca completa para estudiar en Estados Unidos y a los 21 ya tenía un doctorado en la universidad de Michigan. “Al volver a Chile tuve la oportunidad de trabajar con orquestas juveniles y fue ahí que me di cuenta de que eso también me gustaba. De alguna manera sentí que me era natural y decidí explorarlo, ponerme más seria. Así fue como empecé a tomar cursos y me formé como directora”, cuenta.

El salto de violinista a directora fue grande. Ese paso la puso del otro lado del podio y le ha servido para reconocer y aprender sobre la importancia que tiene un líder. Con eso como premisa fue que el lunes pasado, en el marco de la séptima versión del Summit REDMAD, Alejandra dio una charla en la que, acompañada por su orquesta explicó, con ejemplos concretos, los diferentes conceptos y desafíos que tiene liderar. Ella con la batuta se ve reflejada en otras mujeres que ejercen su liderazgo desde otro lugar, pero con trazas en común de lo que es estar al frente de un equipo.

-¿Cómo el funcionamiento de una orquesta puede extrapolarse al de una organización?

-Mostrar cómo funciona una orquesta es un bello ejemplo de cómo una institución o compañía puede hacerlo. Y lo es por varias razones. La primera es que la orquesta es un ente vivo en el que cada miembro es importantísimo, esencial. Si falta un músico, no te imaginas el impacto que eso tiene en el resultado final. Si bien hay instrumentos que se complementan y otros que tienen su parte única, si todas esas partes no están presentes, simplemente la obra no funciona. Y me parece interesante que todos tomemos conciencia de la importancia que cada una de las personas tiene en un equipo.

-En ese sentido, ¿cuál es el rol del director?
-El director tiene la visión general, es el que hace que todos vayamos al mismo lugar. Como directora de orquesta yo lidero esa visión y en ese proceso es necesario que nos pongamos de acuerdo para que el resultado que buscamos se haga real. La complementaridad es algo muy importante.

-¿Qué características crees son fundamentales para el éxito de un líder?

-La claridad por sobre todo. Y el respeto. Si yo a los músicos no les hablo respetuosamente, perdí. Otra cosa indispensable es la confianza, realmente confiar en que lo van a hacer bien, que van a llegar preparados a los ensayos. Eso es algo que se va ganando con el tiempo, pero es un ejercicio que hay que hacer porque eso nos obliga a todos a ser responsables.

Me parece importante transmitir la importancia que tiene el estar presentes en el momento, aunque parezca una obviedad. Si yo tuve un problema 15 minutos antes de entrar a un ensayo, tengo que limpiar mi cabeza para limpiar el ensayo. Lo que pasó afuera se debe quedar ahí y yo concentrarme en lo que voy a hacer. Y esto no solo porque soy la que lidera, sino porque hay que poder escuchar de verdad a quienes te están comunicando algo. Cuando un líder está presente, las chances de que el resto también lo esté son mayores.

-Vivimos en una sociedad muy exitista, exigidos por ser los mejores, los primeros. En ese sentido, ¿qué rol juega el segundo violín?

Es tan importante como el del primero. Si todos fuesen primeros violines, la cosa no funciona. Y es que, en una obra musical, así como en una organización, los roles se complementan. El primer violín tiene una melodía que, si no se apoya de la del segundo, no tiene ningún sentido, ninguno. Cada integrante es absolutamente necesario.

 

Revisa la nota en Paula – La Tercera aquí

 

 

 

 

 

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