Columna de REDMAD en Forbes Chile

¿Queremos aspirar al desarrollo? Apostemos por la complementariedad

29 agosto 2024

Si como país queremos apuntar al desarrollo, alcanzar la complementariedad de género es clave. Hay en ello un evidente beneficio económico, pero sobre todo una ganancia social, porque sería toda una nación la que gozaría de los talentos, ganas y capacidades de hombres y mujeres.

Al poner el foco en los equipos directivos, los frutos son muy positivos, porque mujeres preparadas las hay, y muchas. Sin duda que contar con equipos diversos permite tener una mirada más amplia y divergente que redunda en una toma de decisiones más informada y equilibrada. Pero también hay una mayor legitimidad social que emana del valor que se le da al mérito y a la equidad, lo que, en un escenario complejo como el actual, es sin duda un activo importante para toda empresa.

En Chile hemos ido avanzando. De acuerdo con el Quinto Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile 2023, si en 2020 la presencia de directoras era de 11,1%, en 2023 esta llegó a 16,5%. Por otra parte, el estudio de Humanitas / Cornerstone Chile “¿Cómo se distribuyen los directorios IPSA?” mostró que, de las 64 sillas totales ocupadas por directores nuevos en 2023, 27 correspondieron a mujeres, es decir, un 42%.

Estas noticias son alentadoras, pero si nuestro foco final es apostar por un mayor desarrollo de nuestro país, sin duda es necesario avanzar con más velocidad. En ese sentido, un mecanismo que se está debatiendo en Chile y que ha demostrado ser eficiente alrededor del mundo es el de las cuotas de género en directorios.

La propuesta que se discute en el Congreso Nacional —a la que recientemente se le ingresaron indicaciones— tiene varios puntos interesantes y significativos, uno de los cuales es justamente que pone el foco en la equidad de género, ya que se salvaguarda que ningún sexo supere el 60%. ¿Qué nos dice esto? Que la complementariedad es lo que debe primar, porque es ahí donde está la riqueza entre nosotros.

Otros aspectos a relevar lo constituyen el hecho de que se establece la cuota sugerida como el sistema principal, mientras que la obligatoria funcionará solo si no se cumple con indicadores objetivos y, además, de modo transitorio. De igual modo, el proyecto considera una gradualidad más que razonable —seis años— y un elemento evaluativo, pues el nivel de adopción se irá revisando cada cuatro años.

La invitación es a apostar por la complementariedad —de género, de edades, de trayectorias— para que juntos construyamos un mejor país para todos.

María Ana Matthias, presidenta de REDMAD

 

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