Claudia Barros: “Debemos aceptarnos todos desde la diversidad”

22 agosto 2023

Se define a sí misma como “versátil”, tanto en el plano profesional como personal. Cuenta con una importante experiencia en el mundo de las ventas, marketing, fidelización y canales digitales, liderando varios procesos de transformación. Hoy está comenzando un proceso para certificarse como coach, es directora de dos empresas y acaba de ser confirmada como profesora de un ramo optativo del Executive MBA de la UAI. Pero también la mueven otras pasiones, como el canto y el deporte.

 

Si bien es ingeniera comercial de profesión, Claudia Barros cuenta que, cuando salió del colegio, quería estudiar canto y seguir jugando básquetbol. “A los 17 años, con 1.59 metros de estatura, era seleccionada nacional”, recuerda. Sin embargo, y debido a su gusto por los negocios, entró a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Gabriela Mistral, para luego cambiarse a la Universidad Católica vía admisión especial.

Paralelamente, pudo continuar desarrollando su pasión por el básquetbol y el canto, integrándose a la selección de su casa de estudios y formando parte del coro del grupo Aleste, con el que se presentó en el Festival de Viña del Mar en 1995.

Una vez egresada, emprendió una carrera orientada al mundo de las ventas. Comenzó en Procter & Gamble, donde estuvo nueve años en el área comercial. Posteriormente, y con 31 años, alcanzó un puesto gerencial en el área de ventas de la compañía transnacional de alimentos Mars.

En 2008, emprendió un nuevo desafío como gerente comercial de Tottus. “Fue un shock en términos culturales, porque la empresa no estaba bien. Ahí me di cuenta de que lo más importante es tener un propósito como compañía. Fue desafiante”, recuerda. Además, en ese momento era la única gerente mujer de primera línea del Grupo Falabella: “Me tocó un rol bien importante, no solo a la hora de demostrar mis capacidades profesionales, sino también al demostrar que una mujer puede liderar un equipo grande”.

Escenarios complejos

Tras seis años en Tottus, y 16 en el mundo empresarial, hizo una pausa. “Después de trabajar duro, y con cuatro hijos a cuesta, tomé la decisión de dar un paso al costado y pensar en lo que quería hacer con mi segundo tiempo”, afirma. En este interludio, cursó un MBA en la Universidad Católica y decidió su siguiente desafío: el retail de farmacias y perfumerías.

Así, en 2014 asumió el cargo de gerente comercial de Empresas SB (Salcobrand y Preunic), donde tuvo que liderar un equipo que venía de una situación difícil pero también vivió una fusión cultural muy interesante, que era la compra de Preunic.

Posteriormente, comenzó a trabajar en el rubro industrial, donde se desempeñó como gerente de negocios comerciales de Masisa Latam. “Fue muy interesante porque también estaban en un proceso complejo. Ahí una aprende mucho y puede contribuir a cambiar o impactar positivamente en los equipos y, por consecuencia, lograr los resultados”, relata.

Durante su trayectoria adquirió experiencia en ventas, marketing y canales digitales, liderando las páginas web y el e-commerce de las tres compañías donde estuvo: Tottus, Salcobrand y Preunic, y Masisa Latam.

Actualmente, Claudia forma parte del directorio de Ursus Trotter y de Mizos. También realiza asesorías y está comenzando un proceso para certificarse como coach. Además, acaba de ser confirmada como profesora de un ramo optativo para el Executive MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez. Para el futuro, sus ambiciones se orientan hacia un puesto como gerente general.

Una red de mujeres

Claudia ingresó a REDMAD en 2017. “Cuando yo partí en el mundo laboral era difícil abrirse camino, entonces la red me hizo mucho sentido en términos del impacto que podíamos generar a la hora de llamar a tomar conciencia”, explica.

Además de participar de su círculo, estuvo participando por varios años la mesa de Marketing y Ventas. “En ciertas industrias las ventas están lideradas por hombres. Esta área conoce directamente al cliente y realmente entiende, en terreno, lo que ocurre en el mercado. Entonces, pensé: ¿qué mejor que una mujer trabajando en ventas? Mi objetivo en la mesa era mostrarles a las mujeres que no debían temer a estos espacios y procesos”, dice.

Claudia enfatiza la importancia de preguntarse para qué uno quiere seguir creciendo y cuál es el objetivo. “Es fundamental que las mujeres se cuestionen él para qué, porque sin eso se pierde el norte del desarrollo profesional y personal”, afirma.

También asegura que la presencia de mujeres en ambientes profesionales, especialmente en puestos de gerencia o directorios mejora “la capacidad de discutir desde otro espacio. No solamente desde lo técnico, sino que también desde lo adaptativo, de las emociones. Las mujeres tenemos una capacidad innata de mirar más allá. En mi experiencia en directorios, he aprendido que debemos aceptarnos todos desde la diversidad”.

Versatilidad

Hoy Claudia continúa jugando básquetbol y cantando. Tiene una banda de rock llamada Generación Perdida y acaba de lanzar su primer disco como solista en Spotify (escúchalo aquí), el cual contiene canciones grabadas en 2001 y que “nunca nadie ha escuchado”. Además, con cinco perros, siete gallinas y dos tortugas en el patio de su casa, declara ser amante de los animales.

Está junto a su esposo desde hace 22 años y tienen cuatro hijos de 18, 17, 11 y 10 años. “Son personas maravillosas, cada uno en su individualidad, y los estoy disfrutando un montón. Tengo un hijo con discapacidad y soy una agradecida de la vida. Creo en la inclusión, en la diversidad y en el amor por el otro”, expresa. “Creo que la contención familiar y el círculo cercano de amigas son parte de los factores principales del éxito, tanto como cuando lo hacen por uno como cuando uno se lo entrega al resto”, concluye.